Era un empresario como cualquier otro. Creador de empleo, pagaba sus impuestos, con prestigio, una familia feliz y comprometido con la obra social de la iglesia del barrio; un hombre de éxito y ejemplar.Aunque era un cerdo, sus amigos lo admiraban. Sobre todo por la gran visión que había tenido al elegir la actividad de su empresa: la corrupción…