Hace unos días, se armó un revuelo debido a una donación sustanciosa, que un señor realizo a una entidad benéfica. No me creo capaz de juzgar la acción en sí, pues como dice un refrán español: Cada uno es libre de hacer de su capa un sayo.
Pero, y lamentablemente siempre hay un “pero”, sí se puede juzgar, criticar o reprochar la puesta en escena. Atendiendo, en cuestión de caridad, a la doctrina de un hombre: Que una mano no mire lo que hace tu otra mano; alguien de su entorno o de la entidad benéfica ha obviado esta enseñanza y lanzó campanas al vuelo festejando tal evento. Reprochable, por decirlo de una manera suave.
¿Se puede aconsejar a tan gentil samaritano? Un proverbio dice: Dale a un hombre un pescado y comerá un día; enséñale a pescar y comerá toda la vida. Traducido al día de hoy “No le des un mendrugo de tus vergüenzas; ofrécele un puesto de trabajo digno que no le humille ni le esclavice y……..
Y mucho más se podría decir.