Cuando vine a Sevilla para asistir a la universidad, pensé en muchas cosas: ¿Conocería fácilmente la universidad, los estudiantes y los profesores? ¿Podría manejarme bien a través del edificio y las aulas? Era un poco aterrador. Nunca he visto una universidad como la de Sevilla; el edificio, establecido en el año 1551, es más hermoso que la mayoría de los de Estados Unidos. De verdad, es una maravilla.
Mi universidad, que se llama Northwestern, es una escuela muy fea en comparación. Establecida en el año 1851, tiene edificios realizados simplemente en piedra, sin decoración ni color. Otra cosa: vivo en Nueva York, pero asisto a esta escuela en Chicago, un viaje de más de 12 horas en coche. ¿Por qué?
Porque en Estados Unidos, muchas personas asisten a la universidad fuera de sus ciudades y estados por razones diferentes. En mi caso porque, aparte de ser Northwestern una de las mejores escuelas de periodismo, yo quería salir de mi casa para ser independiente y vivir durante cuatro años en una ciudad parecida a Nueva York. Hay muchas diferencias entre Chicago y Nueva York, pero las dos tienen gente joven, exposiciones culturales y centros comerciales; ¿qué más necesito?
Me puse muy contenta al ver que Sevilla tiene todas estas cosas para una chica joven y activa. Creo que la diferencia más profunda para mí es el sentimiento de intimidad entre los estudiantes, jóvenes y mayores, aquí en Sevilla.
Cuando fui a mi escuela en Chicago hace tres años, no conocía a nadie. Compartía una habitación con una compañera de Illinois, asistí a clase sin conocer a nadie, pero con el tiempo empecé a desarrollar amistades.
Aquí en la Universidad de Sevilla he encontrado a personas que ya tienen amistades muy cercanas porque asisten a la universidad con amigos de sus barrios.También asistí a una clase en la que una chica estaba acompañada por su maestra de primaria. Esto es muy raro encontrarlo en las universidades de Estados Unidos, y es algo interesante que promueve un gran sentimiento de comunidad.
Asistir a la universidad es un gran privilegio y, sobre todo, es una oportunidad de crear una vida social con nuevas amistades y relaciones. Soy afortunada porque los chicos y chicas aquí en Sevilla me han aceptado como su nueva amiga, porque puede llegar a ser muy aterrador ser la "chica nueva" en ambos países.
