Delegado del Gobierno para la Violencia de Género
"No puedo acabar con la violencia mañana ni en cuatro años, pero sí ayudar a la sociedad a hacerlo ”
El recientemente nombrado delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, participó ayer en la jornada de sensibilización organizada por el SAS con una disertación en la que incidía en los componentes culturales de la violencia y las consecuencias sobre la salud que reporta a largo plazo. Lorente es médico forense especializado en esta materia y ha publicado numerosas obras sobre el tema.
Hace apenas mes y medio que el Gobierno creó el Ministerio de Igualdad y la Delegación para la Violencia de Género, confiando el cargo al médico forense Miguel Lorente, especialista en la materia. En este tiempo ha estado “trabajando sin parar”, “evaluando los planes de sensibilización que se han puesto en marcha” y “planificando la puesta en marcha de la nueva política” contra la violencia de género. Afirma que los que vienen desde el mundo de las ciencias mantienen una mentalidad abierta y a pesar de tener sus conclusiones, expuestas en libros, como Mi marido me pega lo normal, seguirá contrastándolas con las de otros expertos que ayuden a enriquecer todas las políticas que se hagan desde el ministerio. “La violencia de género no es una cuestión científica, sino una cuestión social, por lo que hace falta el elemento social y político, por lo tanto”, comenta.
¿Se puede ‘curar’ un maltratador?=
Se le puede curar porque no está enfermo. No se trata de sanar una enfermedad sino cuestionar su conducta construida desde el punto de vista de la rentabilidad de la violencia.El agresor vive la violencia como una actitud que le reporta beneficios. Eso es lo que hay que cuestionar y criticar y hacerle ver que socialmente tampoco se respaldan este tipo de conductas.
En su intervención en la jornada ha dicho que puede ayudar a acabar con la violencia de género. ¿Cómo puede hacerse?
Hay varias campañas que hay que poner en marcha, pero básicamente yo creo que pasa primero por dar confianza a las mujeres de que la sociedad, a través de sus instituciones, está para ayudarlas; cuestionar, por lo tanto, la violencia, que no se vea como algo normal; entender que la violencia también afecta a los menores -muchas mujeres aguantan por los menores- y es todo lo contrario, ellos sufren la violencia y la van a reproducir en el futuro; que no minimicen el riesgo… y luego también mostrando el rechazo y la crítica a los maltratadores, pero no a los hombres. Se critica muchas veces que estamos atacando a los hombre, pero nadie los ataca, estamos cuestionando conductas, no sexos ni personas. Conductas que han sido históricamente respaldadas por la posición cultural.
De esa percepción pueden venir las críticas sobre la posible inconstitucionalidad de la Ley contra la violencia de género, porque se piense que va contra los hombres.
Claro, es que se ha entendido mal. Lo que se está penando es la conducta no por ser hombre sino por ser grave. Una conducta de un hombre en una relación de pareja cuenta con el amparo social y cultural para minimizar y por lo tanto para facilitar la reproducción y la continuidad de esa violencia y va dirigida no a dañar puntualmente, sino, como ha destacado el informe de la OMS, a controlar. Forma parte de una estrategia, eso es lo que se pena de más, pero no al hombre, sino al hombre que lleva a cabo esa conducta. Si un hombre agrede a una mujer fuera de ese contexto [de la relación de pareja] no se tiene más pena.
Un juez de familia sevillano ha alertado del abuso de las denuncias por violencia de género en los juzgados.
Yo creo que es un problema de percepción; no es cierto, los estudios que se han hechodemuestran todo lo contrario. No hay denuncias falsas en mayor proporción que en cualquier otro tipo de delito, es más, la hay en menos proporción y lo que hay que entender es que la violencia tiene diferentes graduaciones en cuanto a intensidad. El juez no cuestiona qua haya violencia, dice que el 85 por ciento de los casos se podrían resolver por medio de la diplomacia, luego está admitiendo que para el tratamiento de la violencia debe darse una alternativa diferente a la aplicación de la Ley, y eso es lo que no es entendible; la Ley siempre debe aplicarse. Y decir que hay muchos casos de mujeres que ahora denuncien agresiones más leves , como señal de que tratan de sacar beneficios, es desconocer la realidad. No sólo las mujeres que sufren verdaderas palizas son las que sufren la violencia de género, sino que la sufren las que son humilladas, las que son atacadas, las que son cuestionadas o insultadas.
¿Se sigue viviendo en una sociedad machista en España?=
Sí, en España y en el mundo entero. No hay sociedad que no sea patriarcal. Las más igualiatarias son las escandinavas y aun así se tiene un componente patriarcal presente en muchos elementos. Es verdad que las conductas se van modificando, pero todavía estamos en una serie de parámetros de referencia amparados por la dimensión histórica del patriarcado.
