Detrás de un niño difícil
juega oculta la orfandad:
la huella del que perdió
su estrella cuando nació
y heredó la soledad.
Detrás de un niño difícil
siempre se esconde algún drama:
se gesta entre frustraciones,
entre adultos se hace errores
y en infancias se derrama.
Detrás de un niño difícil
nunca vuela una cometa:
no juega el pincel del viento
sembrando en lienzos del tiempo;
soñando tiempos y metas.
Detrás de un niño difícil
grita el fracaso escolar:
se atrofian verdes semillas
y desperdician arcillas
en zancadillas de hogar.
Detrás de un niño difícil
hay cárcel, droga, estridencia,
miseria entre muerte y daño,
castigo hasta el desengaño
y abrigo en la delincuencia.
Detrás de un niño difícil
siempre albergo –paradoja–
el sueño de cada vida,
la oportunidad prohibida
que el destino siempre arroja
y que a veces da de bruces
entre luces y trasluces
con las cruces de Cruz Roja…