Parada y fonda; cuenta del rosario;
partida que a su vez sabe a llegada;
muerte eterna del tiempo, amortajada
con el lienzo del fuego por sudario;
preparo viejo; rito milenario;
herencia y tradición encorsetada
al más allá, que impregna la pisada
del hombre tras el dios del calendario…
Y es arena, y hoguera, y talismán,
imán en el estío más temprano,
color en el momento más propicio.
Y así pasó de nuevo otro San Juan:
fiestorro envuelto en magia de un verano
que siempre va de mano de un solsticio…