Hay quien dice que el verano
está para disfrutar,
para si puedes, viajar,
marcharte al campo, a la playa,
o estarse sin hacer nada;
nunca para trabajar. Otros, sin embargo, opinan,
que el irse de vacaciones
sólo engorda los montones
de las cosas, que al volver,
aún están por resolver
provocando más tensiones.
Y luego están los que tardan:
tanto que les coge el toro,
y están ultimando todo
ya bien entrados en julio,
trabajando en el preludio
del relax y el desahogo.
Al menos en este caso,
se cumplen los objetivos;
es así como ha ocurrido
en nuestro pasado Pleno,
donde siete mil viviendas
vieron futuro en las cuentas
del cabildo nazareno.