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Un nuevo Sábado de Pasión Montequinto vuelve a ser hermandad para acompañar a los titulares de la Humildad y Pilar en su estación de penitencia en la tarde del Sábado de Pasión. Los primeros nazarenos de la Semana Santa nazarena, por segundo año consecutivo, se volvieron a ver por la barriada quinteña, en la segunda salida procesional como hermandad de penitencia de esta corporación. Una hermandad que, en esa simbiosis perfecta que está creando con Montequinto, fue más barrio que nunca en el caminar de sus titulares por las calles de esta barriada.

Las puertas de la Parroquia de Ntra. Sra. de los Ángeles y San José de Calasanz se abrieron a las seis de la tarde y los primeros nazarenos blancos comenzaron a bajar por la ya tradicional rampa que da acceso a la Avenida Madre Paula Montalt. Ocho minutos más tarde, con los sones de la Agrupación Musical de Ntra. Sra. de la Estrella tocando desde el interior del templo, el paso del Cristo de la Humildad hacía su aparición en el dintel del templo. Una salida que no se quiso perder el alcalde de la ciudad, Paco Rodríguez, quien la disfrutó desde el interior de la parroquia, llamando, incluso, al paso del Señor.

Con su túnica morada y mantolín burdeos, presidía un paso exornado con rosas, alhelíes, astromelias y crisantemos, en diferentes tonos morados, y ramas de olivos. Como el olivo que cierra este paso y en el que se podían observar en el cimbreo de su caminar mariposas, libélulas o pajarillos posados sobre ramas. Con los sones de Salva, de Alejandro Blanco Hernández, que tan bien interpretaron los músicos de la Estrella, el Señor daba sus primeros pasos por su barrio, muy bien comandado por Francisco Martin Piosa y sus auxiliares.

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Tras sus pasos, en un año muy especial, el del décimo aniversario de su bendición, aparecía en la puerta de la parroquia el palio burdeos de María Santísima del Pilar en su Mayor Dolor, poco antes de las seis y media de la tarde. Se presentaba ante su barrio también acompañada desde el interior por la Banda de Música de Dos Hermanas Santa Ana, que interpretó a la salida Pilar de Fe y Esperanza. Francisco Martín Piosa, intercaló el mando de los costaleros con poner voz a esta marcha, cantando un himno a la Virgen.

El párroco de la de Montequinto, Francisco Javier Nadal, y la delegada de Montequinto, Fátima Murillo Vera iban en la presidencia de un paso de palio que lucía en su exorno floral: astromelias. alhelíes, flor de arroz, crisantemos y gladiolos blancos. Como peculiaridad, las campanitas de los ramos de flores rizadas de cera terminaban en una cruz de Santiago, tercer titular de esta corporación quinteña.

En su paseo por las calles de su barrio, destacó su paso por el Edificio España, donde el palio recibe su tradicional petalada o la presentación ante la casa hermandad del Rocío de Montequinto, donde su coro le cantó al Cristo de la Humildad y a la Virgen del Pilar. A las 22:15 horas, la Cruz de Guía enfrentaba la puerta de la parroquia anunciando el fin de una jornada de Sábado de Pasión, en la que, como desde el principio, Montequinto vuelve a ser hermandad y Humildad y Pilar, más barrio que nunca.

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