Como suele ser, cada mes, una de nosotras escribe un manifiesto dirigido a todas y cada una de las mujeres, a todas y cada una de las presentes. Nosotras hoy, Plataforma Participativa de la Mujer y MEI, vamos a dirigirnos a ti, única y exclusivamente a ti. Tú eres la protagonista, la que asume el rol de la valentía, de la superación, de la vida, porque si no lo permites, no ocurre.
Hoy con tu temprana edad, formas parte de ese nuevo grupo de jóvenes y adolescentes que a fecha de hoy, se ha convertido en el nuevo repunte de la violencia de género en nuestro país, casi en el grupo más sensible y vulnerable debido a tu corta edad e inexperiencia.
En España cada año más de mil adolescentes y chicas menores de edad presentan denuncias por malos tratos de sus novios y/ o exnovios. Son tres denuncias, las que se recogen cada día, de chicas entre 16 y 17 años y de niñas entre 13 y 14 años. Quién sabe si tu amiga, tu hermana, tu prima, tu compañera de clase… aunque poco importa si no la conoces.
Hablamos de violencia psicológica, de control, de malos tratos y palizas. En un estudio realizado a primeros del presente año, se ha concluido que las chicas habéis sido socializadas en un modelo de amor- sufrimiento, mientras que ellos valoran su modelo de líderes de grupo, “chulos y machotes”. Todos, chicos y chicas creéis que el hombre duro y difícil es el más atractivo.
Debéis reconocer los primeros signos de violencia en adolescentes como tú y darlos a conocer para que sepáis actuar y dejar de permitirlos. No podéis permitirlos.
No sois más queridas por la existencia de los celos, las humillaciones, el control del móvil. No podéis justificarlo en la idea de amor patriarcal, no es normal que el chico quiera controlar a su chica. Eso queda lejos del amor.
La violencia por desgracia existe desde siempre, pero los datos constatan ahora un rejuvenecimiento del maltrato. Los adolescentes tenéis más características psicológicas propias, se os empiezan a despertar los sentimientos que a veces no gestionáis, tenéis un temperamento difícil, emociones más intensas que no sabéis cómo gestionar.
Nuestra labor, la de la sociedad en la que vivimos, debe ir enfocada en incidir en vuestra educación desde las edades más tempranas, tanto en el ámbito familiar como en el ámbito educacional.
La adolescencia es la época en la que empiezan a formarse las creencias, se afianzan los valores y los aprendizajes, se abre la curiosidad por el placer y el amor se idealiza.
El papel de la familia es muy importante, por no decir básico, pero sobre todo es en el educacional donde más tenemos que incidir y mejorar, ya que es en los colegios, institutos y universidades donde vosotras, nuestras jóvenes y adolescentes comienzan su vida social, donde afianzáis vuestra personalidad y donde sois más influenciables por todos los compañeros.
No permitas que ocurra. Si ocurre, que el miedo no te impida denunciarlo, porque la violencia es el último refugio del incompetente. No olvides que solo hay dos fuerzas en el mundo, la espada y el espíritu. A largo plazo, la espada siempre será conquistada por el espíritu. Si alguien te pone las manos encima, asegúrate que no la pone encima de nadie más.
Con la violencia olvidamos quienes somos, yo quiero que nunca olvides quien eres tú. En el centro de la no violencia se alza el principio del amor. La fuerza lo conquista todo, pero sus victorias son a corto plazo. Demostremos al mundo, que esa victoria es nuestra, depende de nosotras. Ganemos la batalla a la violencia de género.
