Entrevista a Antonio Gavala

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1801Ex hermano mayor de Santa Ana

{xtypo_quote}“Hemos sentado las bases de lo que debe ser una Junta de gobierno”{/xtypo_quote}

Antonio Gavala acaba de cumplir su periplo como hermano mayor de Santa Ana tras cumplir con los ocho años preceptivos de su mandato. Gaditano de nacimiento, pero nazareno de adopción y devoción, este maestro jubilado echa la vista atrás y hace un repaso de lo que ha sido su labor al frente de la corporación de la Patrona de Dos Hermanas.

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¿Qué balance hace de su gestión como Hermano Mayor de Santa Ana?
Siendo realmente sincero, tengo que confesar que estoy muy satisfecho de la gestión que hemos venido realizando en esta Hermandad durante los últimos ocho años de mi mandato, sobre todo, porque hemos puesto la base de lo que  entiendo que debe ser una Junta de Gobierno. Satisfecho también y en grado sumo, porque de puertas hacia fuera la Hermandad ha logrado unas cuotas de conocimiento y aceptación a las que últimamente estábamos poco acostumbrados.

¿Qué proyectos se han ejecutado durante su mandato?
En el plano material también se han conseguido otros logros aunque me cuesta más señalar por lo que puedan llevar de vanagloria. Durante este periodo se ha restaurado  la Sacristía de la Capilla que se encontraba en una situación lamentable y el Libro de las Primitivas Reglas de esta Hermandad del año 1523. Se han rescatado, a cargo de María Jesús Pérez Rivera, los lienzos que se retiraron, tras la ruina de la Capilla, y que no se repusieron en su lugar tras la restauración de ésta por su malísimo estado de conservación. Igual suerte han corrido dos óleos sobre tablas que representaban a los apóstoles Pedro y Pablo, que se encontraban en la sacristía y que tras pasar por la Facultad de Bellas Artes, volverán a colgarse, muy pronto, junto a los anteriores. De igual forma, se trasladó a Sevilla, a la Cátedra de Restauración de la Facultad de Bellas Artes, la imagen de nuestra Patrona para someterla a un estudio de su estado y proponer la actuación posterior de su restauración. Desde hace unos días está en poder de la Hermandad que próximamente citará a la Comisión creada al efecto que decidirá los pasos a seguir. En un plano más inmaterial se ha aprobado un nuevo reglamento, se ha creado el aula de cultura y el plan de formación de la Hermandad, y se cuenta, gracias a la colaboración de José Román, con un nuevo punto de encuenttro con la caseta de feria.
¿Le ha quedado alguna espina clavada?
No. La espinas dejan dolor, molestias y yo he podido tener, como cualquiera, desavenencias, discrepancias o enfoques distintos en algunas cuestiones. No lo voy a negar ¿Qué me hubiera gustado que se terminara bajo mi mandato la restauración de la bellísima imagen de Santa Ana y dejarla en su belleza más auténtica tal y como fue concebida hace setecientos años? Pues sí, no puedo ni quiero negarlo. Pero esto no me ha causado el menor sinsabor por la sencilla razón de que, si Dios así lo quiere,  pienso estar cuando se lleve a cabo.
¿Cómo le gustaría que se le recordase en un futuro?
Me llamaron para ocupar este puesto.  He ejercido el cargo durante los ocho años establecidos. Lo he ejercido por la devoción sin límites que le profeso a mi Señora Santa Ana. He puesto todo mi interés por hacerlo de la mejor manera que entiendo. Y ella me ha premiado con un buen cúmulo de satisfacciones. ¡Qué más puedo desear! .
¿En qué faceta de la Hermandad le gustaría centrarse a partir de ahora?
Estoy a las órdenes del nuevo Hermano Mayor. Él me conoce perfectamente, casi veinte años compartiendo gustos, aficiones y devociones, es tiempo suficiente. Él sabe dónde puedo ayudarle mejor.
¿Qué opinión le merece la persona que lo sucederá en el cargo?
En los libros antiguos de caballería se decía aquello de “qué buen caballero para que hubiera buen señor”. En este caso el caballero es más modesto y el gran señor existe y es bueno: Agustín García Gandullo. No voy a descubrir nada que no se conozca, es una persona preparada y capaz, nazareno de raigambre, cofrade sin tacha y esclarecido hombre de Iglesia. Excelentes cualidades para ser Hermano Mayor, pero eso no es óbice para que necesite de toda nuestra ayuda, que desde aquí pido para él. Que Santa Ana lo bendiga, porque la tarea es gratificante pero bastante dura.

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