1559. El párroco de Dos Hermanas muere preso en el castillo de la Inquisición, acusado de herejía

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1559. El párroco de Dos Hermanas muere preso en el castillo de la Inquisición, acusado de herejíaAmanece estos días revolucionada la población de esta pequeña villa de Dos Hermanas, al conocerse la noticia de la violenta muerte del párroco de Santa María Magdalena, el licenciado Diego Guillén.

Guillén fue acusado de abrazar la herejía luterana y apresado el pasado 29 de septiembre. Tras su detención en Dos Hermanas, fue conducido a la cárcel de la Inquisición de Sevilla, en el castillo de San Jorge, a orillas del río Guadalquivir. A la espera de juicio, en el castillo compartió celda con un paisano suyo, el jerezano Hernán Ruiz Cabeza de Vaca (pariente del célebre explorador recientemente fallecido, descubridor, entre otras maravillas, de las cataratas del Iguazú), sobre quien pesaba la misma acusación de herejía.

Una pelea entre presos
Según parece, en un momento dado, ambos comenzaron a hablar sobre temas religiosos, especialmente de la reforma luterana. La conversación desembocó en una fuerte discusión. Ante una afirmación de Hernán Ruiz, Guillén le respondió que mentía y se levantó de la cama donde estaba sentado y se abalanzó sobre el otro, dándole un puñetazo y echándole la mano a las barbas. Sorprendido por el ataque, Ruiz Cabeza de Vaca se defendió abrazándose a su agresor y empujándolo al borde del camastro. Como Diego Guillén tenía grilletes, en la disputa cayó debajo. El otro, temiendo que por su juventud (Diego “era mozo y recio”) le pudiera matar, cogió un casco de tinajón que por allí había y le dio tres golpes en la cabeza para que lo soltase. Según el interrogatorio posterior, lo hizo “no con ánimo de quererle matar, sino para defenderse de él”. Sin embargo, Diego Guillén falleció al poco a consecuencia de esos golpes y, al parecer, confesó antes de morir que, efectivamente, se había convertido al luteranismo.

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Natural de Jerez de la Frontera, además de ser párroco de Santa María Magdalena, ocupó el cargo de fiel de los diezmos del pan de Cuartos y Dos Hermanas. Poseía en nuestra villa unas casas en la calle del Rey, que en julio de 1556 arrendó a Diego Prieto, vecino del pueblo, por un mes y un ducado. A pesar de su muerte, la Santa Inquisición mantiene abierto su proceso y se apunta a un veredicto de confiscación de sus bienes.

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