Aburrida historia de gangster

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Película LegendLEGEND

Se sienta uno en la sala a ver esta Legend de Brian Helgeland, y no le queda más remedio que preguntarse ‘¿Dónde diablos está el Helgeland que escribió películas como L.A. Confidential o Mystic River?’. Y es que esta historia, basada en hechos reales, y que ya se contó anteriormente en otra película en los años 90, tiene un guión torpe e inestable, y una dirección deslabazada, con malas decisiones (o inexplicables) que dan como resultado una cinta lenta y aburrida que se sustenta únicamente en el trabajo de su protagonista, un magnífico Tom Hardy que, por otro lado, da una de cal y una de arena.

{xtypo_rounded3}Reino Unido-Francia, 2015 (132′)
Título original: Legend. Escrita y dirigida por: Brian Helgeland. Producción: bs. Fotografía: Dick Pope. Música: Carter Burwell. Montaje: df. Intérpretes: Tom Hardy (Reggie Kray / Ronald Kray), Emily Browning (Frances Shea), Christopher Eccleston (Nipper), David Thewlis (Leslie Payne), Chazz Palminteri (Angelo Bruno), Tara Fitzgerald (Sra. Shea), Taron Egerton (Mad Teddy Smith), Duffy (Timi Yuro), Colin Morgan (Frank Shea), Joshua Hill (Constable Scott), Paul Anderson (Albert Donoghue), Millie Brady (Joan Collins).{/xtypo_rounded3}

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Legend se centra en la historia de los hermanos Kray, quienes en los años sesenta del siglo pasado se convirtieron en los dueños del hampa londinense.

Helgeland se ve metido en un quiero y no puedo. Quiere ser como Scorsese, pero no es (evidentemente) Scorsese. Hay decisiones narrativas que ni están justificadas, ni tienen sentido, ni (lo que es aún peor) funcionan. Porque si fuesen efectivas y tuviesen resultado, poco importaría que no viniesen a cuento. Pero no es así.

Tom Hardy, que interpreta a los dos hermanos gemelos, ofrece un buen trabajo en su parte de Reg, el seductor que quiere convertirse en una persona decente, pero en muchos momentos roza el ridículo y la parodia en el papel de Ron, el hermano impredecible y con serios problemas psíquicos. Sin embargo, está muy por encima del resto del reparto.

La recreación (visual y estética) de la época en la que transcurre la historia, tanto en sus calles como en los clubes que los Kray regentaban, es prácticamente impecable. Pero ello no viene acompañado de una recreación histórica de los hechos (no se percibe el escándalo que los Kray representaron, cómo eran percibidos fuera de su barrio, y muy poco por la policía).

Tampoco termina de ver uno el sentido de esa voz en off que cuenta la historia, que entra y sale de ella de modo arbitrario (ni que decir de la elección del narrador). Además, Helgeland no parece saber cómo contar la historia y todo aparece embrollado, narrado de forma incoherente, sin que las diferentes secuencias tengan una mínima continuidad (parece más una sucesión de momentos) y sin que el arco narrativo avance. Dando al resultado final un todo muy confuso, incoherente y aburrido. Muy aburrido.

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