La estación de trenes de Dos Hermanas vivió ayer un hecho singular. Buena parte de los cinco mil peregrinos que se dieron cita en el Santuario de la Virgen de Consolación de Utrera viajaban en tres trenes desde Sevilla. Al llegar a Dos Hermanas, les esperaban en los márgenes de la vía cientos de nazarenos que querían saludar a los peregrinos. Estos, al ver a tanta gente congregada, aumentaron el ritmo de sus plegarias, recitando el santo rosario y haciendo participar a todos del fervor y el entusiasmo que los enardecía. Los vivas resonaron desde El Arenal hasta las calles colindantes.
