Hoy lunes, día 17 de diciembre, he tenido tu respuesta a mi pregunta. Aunque no merece la pena seguir esta polémica, pero me quedaré más contenta aclarando este asunto, ya que no me gustan las cosas a medias.
Todo ésto se hubiese evitado, si tú, Manolo, como yo te llamaba afectuosamente, me das un toque por el teléfono. "Mª Luisa, Ricardo ya no está y el programa de cocina ahora lo van a hacer los dos Pepes". Yo te hubiese dicho, "estupendo, gracias, ya tengo una preocupación menos". O, si me dices:"ahora que no está Ricardo, ¿quieres hacerlo con Carrasco?" Me daba igual, son todos compañeros de varios años. Yo nunca pedí hacer dichos programas de cocina, fue Ricardo quien me lo pidió, y los hice gustosamente, así que lo mismo lo habría hecho con Carrasco, como lo hice muchos años con Jesús López, tampoco nombrado por nadie. ¡Fueron años inolvidables para muchas personas!, creo, al menos para mi sí lo fueron, por su respeto y caballerosidad.
Ahora de nuevo estaba muy contenta de hacerlo para la gran familia, y para ayudar en Dos Hermanas Radio. ¡Tonta de mi!, buscando comercios para que hicieran su publicidad en la radio, y así, se evitarían tantos papeles esparcidos por todas partes, ensuciándolo todo, cuando la mayoría que nos encontramos en nuestro buzón los tiramos a la basura sin leerlos, para eso tenemos nuestros periódicos.
Manolo, yo no hice nada para ese comportamiento conmigo. En esos días me encontraba enferma con mi espalda y sólo os falté un viernes. Esas mañanas de los viernes eran sagradas para mi, quería ayudaros, y a la vez que las amas de casa no se quebraran la cabeza al día siguiente para hacer su comida.Yo lo hacía con toda mi alma, sin hipocresía de ninguna clase, ese no es mi estilo. Pero no se me dijo nada. Tú dirás que no tienes que dar explicaciones, estás en tu derecho de opinar lo que te plazca y respeto tu opinión y la de todo el mundo entero, pero por favor, respeta la mía. Soy una mujer, y por lo tanto muy sensible a vuestra callada. Me hicistéis mucho daño porque todavía estaba viva. Creo que hablando se entienden las personas, siempre lo digo, y así no damos lugar a todas estas cosas desagradables. ¿Por qué todo esto? ¿Por qué soy mujer o por qué soy mayor? Si es por lo primero, ya estáis tranquilos los hombres.
Bueno, una vez superados los días de alegría y de paz, aunque yo he sentido los golpes de esa pelota de frontón tirada con mala leche, no fueron contra la pared.
Quiero desearos a todos que seáis felices y que año nuevo, vida nueva. Que sea así para todos vosotros, de verdad, como yo lo soy. Gracias y perdona Carrasco, si dudé de tu amistad y te he disgustado.
