Problemas con el comedor escolar del CEIP Olivar de Quintos

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Las familias cuyos hijos hacen uso del servicio de comedor escolar en el CEIP Olivar de Quintos nos encontramos con un grave problema, que afecta directamente a la salud de nuestros hijos. Tal y como establece la normativa, los comedores escolares se consideran un servicio complementario de la enseñanza cuya finalidad principal es evitar cualquier discriminación en el ejercicio del derecho a la educación derivada de factores sociales, económicos, culturales o de otra índole. Una función muy importante es también la de desarrollar hábitos y actitudes saludables en relación con la nutrición: dieta sana y equilibrada, horario de las comidas, higiene, etc. Es lamentable constatar como estos principios no sólo no se cumplen en nuestro centro, sino que están siendo subvertidos debido a la negligencia de las autoridades educativas de la Delegación provincial de Sevilla.

 

Desde que comenzó el curso nos encontramos con que el espacio habilitado para comedor es a todas luces insuficiente para atender las necesidades de nuestros hijos, dándose situaciones en extremo contraproducentes para su salud. Pequeños de educación infantil y primaria, de hasta 8 años, deben comer en dos turnos iniciales, acuciados por la prisa de tener que dejar libre el comedor para el siguiente turno, sin terminar los platos. Los menos pequeños, de entre 9 y 11 años, que comen en el tercer turno, además de padecer estos mismos problemas, se ven obligados a comenzar a horas tan intempestivas como las 15:35 ó 15:40, nunca antes. ¿Se imagina usted a un niño de 9 años empezando a comer, en el mejor de los casos, a las 15:30, después de una larga jornada de 5 horas de clase (de 9 a 14) más hora y media de espera en el patio del colegio u otros espacios? ¿Se imagina usted a un niño de 3 años, al que tras 20 minutos de intentar que coma correctamente, sin conseguirlo, hay que sacar del comedor para que deje su sitio a otro? No es sólo el tiempo que se emplea en la comida, sino el que se emplea en recoger y volver a servir. En lugar de contribuir a fortalecer su salud, esta situación crea estrés y propicia la desnutrición, pues debido a ella los niños pasan hambre. No es un problema de organización del centro ni del personal que atiende el servicio (que no da abasto). Es un problema de falta de previsión de las autoridades y su excesiva cicatería a la hora de arbitrar una solución provisional.

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Tras varias reuniones con diferentes cargos de la Delegación de Educación de Sevilla, no hemos obtenido más que evasivas, ningún compromiso de solucionar el problema, que puede durar más de un curso. La raíz del conflicto es que a la vez que se han aumentado las plazas escolares del centro, no se ha hecho paralelamente lo mismo con los espacios dedicados al comedor, ludoteca, etc. El curso pasado se hicieron obras que permitieron aumentar el número de aulas ofertadas, pero no se abordó una ampliación consecuente del comedor escolar. Aunque parece que está proyectada, las obras aún no han sido licitadas y no estarán terminadas antes de fin de curso.

Sin embargo, necesitamos una solución urgente pues la situación que padecen nuestros hijos no puede sostenerse por más tiempo. Esta pasa por la creación de estructuras provisionales (prefabricados) en terrenos que ya tiene concedidos la Delegación, las cuales pueden estar funcionando en 15 días si existe voluntad por parte de las autoridades de solucionar un problema que tan sólo su falta de previsión ha generado. Desde luego la solución no pasa por retirar a nuestros hijos del servicio de comedor, teniendo que buscar una opción alternativa, privada y costosa, tal como se nos empuja a hacer desde la Administración.

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