Italia en Interrrail (y II)

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italiaEntre Ferrara y Venecia

En primavera y otoño tiene lugar el agua alta (marea alta) dos veces al día y la plaza de San Marcos se inunda hasta tal punto que tienen que colocar pasarelas de madera sobre las que la gente tiene que andar en fila india. Por ello, el gobierno italiano está preparando un proyecto, denominado Moisés, para levantar unos diques móviles que se cerrarían en caso de aumento del nivel del agua del mar.

Si comenzamos nuestra ruta en los aledaños de la estación, lo primero que veremos es el Puente de los Descalzos. A su izquierda queda la bella portada de la iglesia de los Carmelitas Descalzos, sumamente armoniosa, del siglo XVII, y enfrente se halla la de San Simeón Piccolo
Unos 300 metros más adelante, a la izquierda, aparece la iglesia de San Geremia, del XVIII. Adosado a ella, en el canal que surge en la misma esquina se halla el Palacio Labia, del XVII, con frescos de Tiépolo.

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Ca’d’Oro, la casa palaciega gótica más bella, aparte del palacio Ducal. 300 metros más adelante, en la orilla derecha, el museo de Historia Natural, en el edificio Fontego dei Turchi, originario del XIII pero reconstruido en el XIX. Enfrente la iglesia de San Marcuola.

A partir de aquí y hasta el puente de Rialto hay un elevado número de edificios de interés. En la orilla izquierda, el palacio Vendramín-Calergi, ultima residencia de Ricardo Wagner, obra del siglo XVI.

En este tramo, en la orilla derecha, se halla, entre otros, Ca’Pesaro, barroca, del XVII; palacio Brandolin, gótico, del XV; y las Fabriche Nuova y Vecchia de Rialto, ambas del entorno del XVI.

De la plaza de San Marcos dijo Napoleón Bonaparte que era “el salón más bello de Europa” (entendiendo la palabra salón como sinónimo de plaza). Está delimitada por edificios famosos: al fondo, la fachada de la basílica de San Marcos, el Campanile (desde allí señalaban la llegada de los barcos y los incendios de la ciudad; hay que subir para ver la vista de Venecia), el Palacio Ducal y la Torre del Reloj.

Sentarse a tomar un café escuchando una agradable música en vivo, es casi una cita obligada, pero eso sí, con un alto precio. Por un café te pueden llegar a cobrar hasta 9 euros.
Un viaje en góndola. En el camino que lleva a la plaza de San Marcos, la estación de trenes o puente de Rialto, los gondoleros se pelean por ofrecer a los turistas un paseo en sus embarcaciones. El viaje en góndola no es barato, los precios son libres. Hay dos recorridos básicos de 25 y 50 minutos, y no todas las góndolas se encuentran en el mismo estado. Las hay perfectamente pintadas, con flores y asientos acolchados, y otras, más sencillas, aunque no por ello dejan de asombrar por el precio.

Un paseo de 25 minutos puede costar alrededor de 70 euros, y uno de 50 minutos entre 90 y 120. El regateo es moneda corriente y conviene recordarlo. Además, los gondoleros tienen un olfato especial para detectar a los turistas que hace días pasean por la ciudad y hacerles una buena oferta, así que es conveniente esperar y no contratarlo enseguida. Para los buenos negociadores, el mejor precio que se puede conseguir por una góndola bonita es de 60 euros por 25 minutos y de 100 euros por 50.

En cualquier caso, Venecia es una ciudad para perderse, los mapas guardados, el callejero al bolso… Dejarse llevar sólo por una mágica noche, entre puentes, canales… y bajo las estrellas.

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