Eso no lo tiene claro la humanidad desde que se puso a razonar en la Grecia clásica. Anteriormente no existían dudas. Todo lo gobernaban los dioses. La realidad era sólo una, así de simple, lo que veían y no veían era sólo una.
La cosa se fue complicando al razonar sobre lo que se ve y lo que no se ve. Y que sea la misma cosa. ¿Cómo las aves pueden volar y nosotros no siendo más inteligentes? ¿Cómo los caballos han de correr más?
La realidad la fueron adaptando a sus deseos. Poco a poco cambiaron la realidad deformando esa realidad razonada en ilusiones y fantasías de la niñez. Fabricaron aprisa y corriendo aviones que volar no vuelan, son piedras que lanzan a los cielos y se matan con ellos.
Aprisa y corriendo se pusieron a fabricar caballos que llamaron motos para correr como caballos, antinatural, sin cerebro, como ellos. “Hombre, se matan, pero no todos”. Adaptan la realidad a la realidad que ellos creen realidad.
Los puritanos ricos de occidente critican a los gobernantes del tercer mundo por dar armas y bombas a los niños de catorce años. Y ellos sin pudor les dan a los niños de catorce años carnet para conducir motos por carreteras y calles. Con el visto bueno de padres, abuelos y autoridades, adaptando la realidad a sus deseos e intereses.
Piden justicia, señor, pero para mi casa no. ¿Qué diferencia hay entre un niño del tercer mundo y un niño rico del primer mundo? Si Dios hizo a todos los niños iguales, ricos y pobres ¿para qué le sirven a Occidente sus riquezas si le da armas a los niños?
Y censura en sus medios de cultura al que lo critica, con la razón, con la razón en las manos. El hombre vuela mejor que las aves y corre más que los caballos.
Si a los niños de catorce años les dan libros y escuelas, y maestros, donde existe la total libertad, la verdad total del universo.
La realidad, tal cual es la realidad, le guste o no, el dictador la manipula a su interés asumiendola. Este escrito va directo a la papelera del director o a un rincón que pocos vean.
Ser o no ser, es la cuestión del hombre. El sueño es real y al mismo tiempo irreal. El gran Dios o la superinteligencia es tan perfecto y tan complicado para el hombre simple de cultura media, de información mínima que le dan en las escuelas. Son los candidatos a las motos y a las guerras y a ir a los cielos.
Son rentables para la industria del consumismo. De un solo uso y para la mística de la contemplación nula del ser o no ser. Al servicio del listo, hormigas obreras o zánganos al servicio de la reina.
Un niño de catorce años merece un respeto a su disnidad de adolescente entre la niñez y la madurez. Darle la oportunidad de madurar y engendrar generaciones futuras. Que con los móviles les están matando los espermatozoides, con el ordenador les están anulando su mente y con las motos su visión del futuro.
