Aquellas antiguas ferias, 1927

0

Hasta hace relativamente poco, la Feria de Dos-Hermanas se celebraba en julio, coincidiendo con las festividades de Santiago Apóstol y Santa Ana (25 y 26 de julio, respectivamente), y llevaba la denominación tradicional de Fiestas Patronales de Santiago y Santa Ana. Por aquellas fechas no tan lejanas el pueblo hacía un parón en su rutina cotidiana, “un alto en su silenciosa labor de todos los días”, como llegó a decir un periodista, para divertirse y olvidarse, por un momento, del trasiego diario.

En esta ocasión nos centraremos en las fiestas que, pomposamente, se celebraron en 1927, siendo alcalde de la villa el destacado almacenista Joaquín Varo Jiménez. A mediados del mes de julio de ese año se había producido un gravísimo incendio que destruyó la fábrica de tejidos de yute fundada por Alpériz y en esa época propiedad de José Julio Lissén Hidalgo. Pero tan nefasto acontecimiento no restó el esplendor que alcanzaría en esa ocasión la feria nazarena.

Aquel año las fiestas patronales se desarrollaron entre el 24 y el 28 de julio, teniendo como marco principal el paseo de Federico Caro (actual plaza del Arenal), la plaza de Alfonso XII (hoy de la Constitución) y las calles del Canónigo y Nuestra Señora de Valme. Este era el particular Real de la feria de Dos-Hermanas. Asimismo, para la organización de las fiestas estaba la Comisión de Festejos, integrada por los concejales Manuel Bautista (presidente), Fernando Varo Jiménez (vocal) y Francisco Carballido (vocal). De los tres, quien jugó un papel importante a la hora de tomar iniciativas fue Varo.Aquellas antiguas ferias, 1927

- Publicidad -

Aquellas antiguas ferias, 1927

El año anterior la feria había sido un verdadero éxito tanto por el exorno como por el número de visitantes llegados desde la capital hispalense y pueblos de alrededor. A ese éxito contribuyó de manera especial el sevillano Francisco Pérez Lama, responsable de ese exorno, por lo que la Comisión, con el visto bueno del alcalde, no dudó en encargarle para este 1927, nuevamente, el adorno de calles y plazas del recinto ferial. Para esta ocasión, Lama pensó dar un mayor protagonismo a la luz eléctrica, presente en las fiestas desde hacía unos pocos años, pues siempre se había preferido iluminarias a la veneciana en vez de la luz artificial. Según se recoge en la Revista de Feria de ese año, impresa en la Imprenta Gráfica Sevillana, Pérez Lama levantaría en el centro del paseo de Federico Caro y sobre el tablao de la música “una fuente [luminosa] monumental rodeada de parterres”.

Del mismo modo, “todo el recinto del paseo estará rodeado por veinticinco arcos luminosos de sorprendente y mágico aspecto. Al Arenal, que por su gran cantidad de bombillas, muchas de ellas distribuidas entre las copas de los árboles, parecerá un ascua gigantesca, tendrá acceso el público por cuatro arcos bellísimos iluminados y adornados con verdadero primor. A las entradas de las calles Reina Victoria y Nuestra Señora de Valme, se instalarán sendos arcos y en la última de las vías citadas se levantarán diez y seis arcos más”. Por todo esto, “el Arenal se convertirá en las noches mágicas que se avecinan en una verdadera sucursal del Paraíso”. Dejando a un lado las comparaciones, lo cierto es que era la primera vez que se empleaba, en exclusiva, la luz eléctrica para adornar las fiestas. Incluso se utilizó para iluminar por la noche la torre de la parroquia de Santa María Magdalena. Por aquel exorno luminoso pagó el consistorio a Pérez Lama la jugosa cantidad de 4.690 pesetas. La compañía de Juan Caravaca sería la encargada de la instalación eléctrica. Pero no solo hubo decoración luminosa, también se colocaron astas con banderas nacionales a lo largo de las calles antes citadas y algunas adyacentes y en las dos plazas. Tal tarea la realizó el nazareno Francisco Jiménez Román.
Como es bien conocido, estas primitivas ferias tenían una vertiente religiosa. No hay que olvidar que, precisamente, se celebraban en honor al Corpus Christi y a Señora Santa Ana, Patrona de la villa, que salían en procesión los días 25 y 26 de julio, respectivamente. Sin embargo, en 1927 (según informó el periódico El Liberal) no procesionó la imagen de Santa Ana, sin que sepamos a qué se debió tal decisión.

Volviendo al tema lúdico, en los días de las fiestas patronales hubo fuegos artificiales (a cargo de Luis Travado), numerosos conciertos y ‘Alegre Diana’ realizados por la banda de música, cornetas y tambores del Regimiento de Infantería de Granada n.º 34, y la ya tradicional Fiesta de la Flor para recaudar fondos para el Sanatorio de El Tomillar. También se editaron carteles anunciadores de los festejos (impresos por Manuel Menéndez) y se volvió a publicar la Revista de Feria (la primera vio la luz en 1924). Por supuesto, y continuando con una tradicional y ancestral práctica, se repartieron 450 kilos de pan entre los pobres de la villa. Pan que fue elaborado en los hornos de Carmen Estepa Marín, Antonio López Reina y José Núñez Carballido.

En definitiva, las fiestas patronales de 1927 resultaron, de nuevo, un gran éxito, como todas las que se celebraron en aquella mítica década de los ‘Locos años 20’.

Aquellas antiguas ferias, 1927

 

 

 

 

 

 

Deportes en tiempo de Feria
Además de las funciones y procesiones religiosas, y de los diversos actos lúdicos también tuvieron las fiestas patronales de 1927 un lado deportivo. Por una parte, se celebró una carrera ciclista el 24 de julio, organizada por la Sociedad Ciclista Dos-Hermanas Veloz Club. Su presidente, el doctor José Caro Romero, solicitó al consistorio nazareno una subvención para costear la carrera que se desarrollaría entre Dos-Hermanas y Osuna. El Ayuntamiento aprobó la subvención y acordó entregarle 200 pesetas. Pero también se organizó un torneo de ‘foot-ball’, el deporte que, poco a poco, estaba ganando más adeptos. El 29 de junio el vicepresidente de la Sociedad de Foot-ball de Dos-Hermanas pidió al Ayuntamiento una ayuda económica para pagar los gastos de organización de dos partidos de fútbol en las fiestas de Santa Ana, pero se desestimó la subvención por tenerse conocimiento de estar disuelta la citada sociedad. Y días más tarde, fue el presidente del Sparta Foot-ball Club de Dos-Hermanas el que se dirigió al consistorio para solicitar un premio en metálico u objeto artístico para los encuentros que se iban a hacer en las fiestas patronales. El Ayuntamiento acordó costear y donar una artística copa, que sería realizada por los señores Sobrinos de Reyes, con un coste de 115 pesetas. El torneo de fútbol, finalmente, se disputó en los días de feria, participando en él, además del equipo nazareno, el Triana FC y el Fabié FC.

- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!