Si hay una devoción que se va asentando cada Semana Santa más en el corazón de los cofrades nazarenos esa es sin duda la de la Virgen de la Amargura con su hijo descendido de la cruz y así se demuestra cada tarde de Viernes Santo.
Además del numeroso público que acude en su búsqueda desde su salida de la barriada de la Costa del Sol, su cortejo se va engrosando por momentos, con más de 500 nazarenos y 40 pequeños monaguillos.
Todos ellos, siguiendo la tónica de esta Semana Santa, afrontaron un inicio de estación de penitencia marcado por las altas temperaturas, por lo que, de nuevo, Emasesa se encargó de repartir agua tanto a la salida como a su paso por Real Utrera.
La Virgen, con fajín nuevo, además del sudario y la sábana del Señor, que también eran de estreno, procesionó iluminada por dos cirios muy especiales, uno con el lema de ‘Lágrimas de vida’, por los donantes, y otro con ‘Ayudando a las familias’, como reconocimiento del Centro de Orientación Familiar.
Durante toda su estación de penitencia los titulares de la hermandad estuvieron acompañados por diversos sacerdotes, recibiendo el cariño también de hermandades y agrupaciones, así como de las saetas, como la que Jaime Stévez les dedicó justo antes de la entrada.
El próximo viernes, día 21, la Hermandad celebra Misa de Acción de Gracias, a las 20:30 horas. Mientras que el domingo, día 23, convivencia de costaleros, con entrega de diploma a los que cumplen 10 años.