Si hay una costumbre asentada entre las jóvenes nazarenas, esa es la costura. Proliferan por Dos Hermanas los talleres, adonde las muchachas van a aprender a bordar y, de paso, confeccionar el ajuar para el futuro matrimonio.
Entre las costureras del pueblo hay quien ha sabido innovar, recurriendo a lo último en moda femenina para así atraer a más público. Es el caso de Herminia Cotán, que hace años indagó en la lencería femenina, bordando ropa interior, sujetadores, combinaciones… así como juegos de cama o el marcaje de toallas con letras o iniciales. Ya de pequeñita recibió unos cursillos de costura en los que no sólo descubrió una pasión, sino también un especial talento. Y lo que empezó como una afición se convirtió en un negocio. Compró dos máquinas de coser y empezó a impartir clases a niñas que querían aprender. Comenzó a ser conocida como ‘Herminia la de los bordaos’.
Alfa, el negocio redondo
Lo que por entonces no sabía Herminia (ni su marido, Manuel Franco García, con quien se casa en 1945) es que Alfa, la compañía líder en máquinas de coser, iba a llamar a su puerta para proponerle un negocio redondo. Un día de 1950, dos señores buscaron a su marido para otorgarle la representación para la venta de máquinas de coser en Dos Hermanas. Manuel, cuyo trabajo era de administrativo en un cuartel de logística militar en Sevilla, aceptó y se dedicó a ello por las tardes. El negocio ha sido redondo: empezó a vender máquinas (y las sigue vendiendo) como rosquillas. Los almacenes de aceitunas dan a Dos Hermanas un elevado ratio de mujeres. Y todas quieren tener en casa… una máquina de coser.
Manolo ‘el de las máquinas’
Y así el marido de Herminia se convirtió en ‘Manolo el de las máquinas’. Los pedidos (no sólo máquinas y piezas de recambio: también vende bicicletas y electrodomésticos) llegan desde Sevilla en furgonetas y después se distribuyen por Dos Hermanas.
Hasta hace unas semanas, el taller de Herminia estaba en la esquina de la calle El Pinar con Antonia Díaz, un local alquilado en cuyo salón ha tenido funcionando a 24 alumnas con sus respectivas máquinas. El gran salto lo ha constituido el nuevo taller, instalado en su propia casa en calle El Pinar, y que fue bendecido hace unos días por el párroco, José María Ballesteros. El salón principal es de costura, pero también se aprovecha el espacio para que Manolo realice sus exposiciones con las últimas novedades en máquinas de coser. Deseamos suerte a este simpático matrimonio.
{xtypo_rounded4}La hija de un barbero
Herminia Cotán Claro nació en la Nochebuena de 1916. Tiene, por tanto, 41 años. Es hija de Francisca Claro y de Eustaquio Cotán, conocido barbero del pueblo. De pequeña trabajó en el almacén de aceitunas de Lissén, pero su gran pasión ha sido siempre la costura. En 1945 se casó con el trianero Manuel Franco. El matrimonio tiene una hija: María Fernanda, que cuenta ahora con 9 años.{/xtypo_rounded4}