Mañana jueves llega a su fin, con el acto de clausura en La Almona, una de las grandes apuestas del programa municipal de prevención de adicciones Dos Hermanas Divertida. El proyecto Progresos ha completado los seis meses de andadura, desde que se puso en marcha en diciembre como una experiencia piloto para volver a motivar a un grupo de jóvenes que estaban apartados, por su contexto socioeducativo, de la enseñanza obligatoria.
Desde este programa, según su monitor Víctor Úbeda, “se han cubierto necesidades que los centros de enseñanza, no pueden atender con jóvenes que ya han abandonado los estudios, pero cuya situación les sigue preocupando”, ya que, prosigue, “estos jóvenes vienen con una actitud de rechazo hacia el sistema educativo, de apatía y baja autoestima y aquí “les hemos dado esa ayuda o empujón que necesitaban para volver a creer en sus posibilidades y en las diferentes alternativaseducativas”.
Los primeros dos meses del programa se centraron en el desarrollo de actividades preparatorias orientadas a lograr la cohesión grupal, el aprendizaje de habilidades sociales y el autoconocimiento. El objetivo era que adquiriesen una serie de conductas y habilidades que no poseían. Y atendiendo la demanda de los grupos, se han trabajado contenidos teóricos necesarios para la superación de las pruebas libres de la ESPA y de las pruebas de acceso a grado medio, con las colaboraciones de los centros de adultos El Palmarillo y Bujalmoro.
{xtypo_rounded3}15 personas
8 chicos y 7 chicas, de 16 a 21 años han participado.{/xtypo_rounded3}
Ya en el mes de abril, se abordó otro de los objetivos de este proyecto, el hecho de que “tuviesen su primera experiencia profesional y comprobasen que para llevarla a cabo se necesita una formación”. Para ello, durante seis semanas, ha distribuido su tiempo alternando prácticas en empresas colaboradoras con estancias en Institutos dónde se imparten ciclos formativos de grado medio, integrándose en la dinámica de las clases.
Las modalidades en las que se han movido han sido la estética, telecomunicaciones, sanidad, electromecánica y mecanizados, cocina y gastronomía, así como carrocería. Desde Progresos lo que se ha intentado, apunta Víctor, “es que cada uno hiciera lo que le gustaba”, ya que, “muchos sabían lo que querían estudiar y tras aprobar algunos la ESO se han matriculado en grados medios”. Intentando que el resto siga con sus estudios, bien con la Enseñanza Secundaria Obligatoria o preparándose los accesos a ciclos de grado medio.
En definitiva, el balance que se hace de esta experiencia es bastante positivo, ya que, comenta Víctor, “se trabajaba con un colectivo juvenil desmotivado que sin embargo ha tenido una buena respuesta”. Además de ser un proyecto “útil” que “les ha servido para aclarar su futuro profesional”.
Lo ideal, apunta su monitor, es que el Proyecto Progresos tuviera su continuidad, ampliando la oferta formativa e invitando a otras empresas y centros que ya se han ofrecido.
{xtypo_rounded4}Satisfacción entre el alumnado
La satisfacción también es palpable entre su alumnado. Óscar Carazo Lozano, de 17 años, asegura que “el programa me ha ayudado mucho porque pensaba que no servía para nada y me he dado cuenta que no es así”. En el caso de Samuel Gómez Trillo, de 19 años, se encontraba “estancado y no me veía capaz de estudiar Hostelería, pero ahora sí, por lo que me voy a presentar a la prueba de la ESO y luego estudiaré un grado medio”. Motivador le ha resultado el programa a Paula Rodríguez, de 19 años, y gracias al mismo “quiero presentarme a las pruebas de grado medio y estudiar Hostelería y especializarme en Repostería”. {/xtypo_rounded4}