Este invierno de 1896 va a ser más duro de lo que se esperaba. En las pocas horas que duró el ciclón que en la pasada madrugada barrió la provincia de Sevilla se esfumaron las esperanzas de muchas familias nazarenas, que han quedado arruinadas. Han quedado destruidas grandísimas extensiones de olivares y naranjos no solo en Dos Hermanas: también en Utrera, Puebla, Mairena, Carmona y la misma Sevilla, donde el viento ha tirado tapias, ha desgajado árboles en la Alameda de Hércules y ha suspendido el tráfico ferroviario. Dos Hermanas ha quedado incomunicada telefónicamente. Todos los palos de teléfonos entre Dos Hermanas y Sevilla han caído por la fuerza del vendaval.
