Septiembre llegó
¿deseado?, ¿odiado?
casi ya olvidado
nos esperaba
con tijeras en mano
y una buena lección.
Cuando nos vio
a nosotros lentos
se dirigió.
Nos decía,
cansina ya la voz:
echa, echa en la arcancía.
Octubre fervoroso,
te trae tu romería
y da gracias porque has vuelto
señal de que tuviste el honor
de salvarte un poco de la calor.