La Rociera cae ante el Sevilla y se ve forzada a vencer al Coria y depender del resto
La Rociera se complica seriamente su continuidad en 3ª División tras caer este domingo por la mínima ante el Sevilla C.
A los de Emilio López se les escapó el partido en los minutos de descuento y con él buena parte de sus opciones de proseguir en la misma categoría. Ahora todo depende de vencer, sí o sí, al Coria este domingo en casa y esperar qué hacen el resto de equipos de la categoría.
A todas luces, el 1-0 con el que se saldó el partido en la cidad deportiva sevillista Ramón Cisneros fue tremendamente injusto. Lo ideal, por méritos demostrados sobre el césped, hubiera sido el empate.
Los primeros compases de juego estuvieron controlados por el cuadro nazareno. Gordi trató por dos veces de sorprender a Romero pero no lo consiguió. El portero rojiblanco, junto con su homólogo auriazul, Rivas, fueron los jugadores más valiosos de ambos equipos durante la contienda.
Pese a la imposibilidad de hacerse con el centro del campo, el clan sevillista no se quedó tampoco de brazos cruzados. Jugadores como Marrufo o Espinar llegaron hasta la misma portería defendida por Rivas, aunque éste dio al traste con los planes de los rivales.
La Rociera no desistió tampoco en su empeño y volvió a la carga antes de irse al descanso. En el último minuto una internada del nazareno Lorca pudo convertirse en penalti, aunque el colegiado del partido, el gaditano Díaz Mota, decretó un libre indirecto que apenas creó peligro.
La incorporación de los sevillistas Juanan y Manu al inicio del segundo tiempo cambió el color de la contienda. Ambos efectivos rojiblancos trataron de doblegar al portero nazareno pero se toparon con un cancerbero infranqueable. Lo mismo trató de hacer Gordi en los contragolpes, topándose con un muro similar.
Pasados 25 minutos del segundo tiempo, y ante la escasez de goles, el encuentro desembocó en una monótona sucesión de faltas y malos modos por parte de ambos equipos.
Aguerrido juego que se saldó con las primeras expulsiones, como la del delegado de la Rociera, y un festival de tarjetas que tiñó de amarillo el segundo tiempo, en contraposición con el inócuo primero, que se cerró sin apenas actuación arbitral.
Tras 90 minutos sin goles el toque de gracia del partido llegó en el 93. Espinar llevó a cabo una buena jugada por la derecha, cediendo el esférico a su compañero Juanfran quien, libre de marcaje, le quitó las telarañas a la portería de Rivas.
La tensión del partido subió varios grados a causa de los altercados producidos en los banquillos. Triste final para un encuentro que puede haber sido determinante para la continuidad de la Rociera en 3ª División.
