Mateo 22,15-21) —Entonces, ¿los cristianos nos tenemos que meter en política o no? Porque aquí dice que “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”?
—La política y la religión no deben confundirse, ¿o acaso te gusta que el dictador entre en las catedrales bajo palio? Eso es lo que dice Jesús. Pero los cristianos tenemos que buscar lo que es de Dios: la justicia, el trabajo para todos, que los niños crezcan con cariño, que vivamos cada vez más el perdón, y la esperanza, y la fe… Diferentes cristianos compartiendo la misma fe, buscando el bien y lo más justo pueden tener opiniones políticas distintas…
—No me digas ahora que Jesús no tiene nada que decirle a los que se aprovechan de la dictadura y de la falta de libertad del pueblo.
—¡Claro que tiene mucho que decirles! ¡Todo lo que les dijo Juan XXIII en su reflexión sobre la paz y los derechos humanos! Ningún cristiano debe vivir en complicidad con la violación de los derechos de las personas. Por eso tenemos que unirnos y buscar un futuro nuevo, cambiar las cosas.
—Total que la fe también cambia… Antes nos decían una cosa y ahora el Papa nos dice otra…
—La fe no cambia, se profundiza, y la vivimos con más autenticidad. ¿Ves? La manera más adecuada de hacer política sí puede cambiar. Lo que tuvo resultado en un momento, puede ahora perjudicar y que haya que cambiarlo.
—Total que la fe debe ser como un árbol: cada año más grande y con raíces más profundas. Y la política como la bujía de la moto, que cuando “cría perla” hay que soplarla, y si ya no tiene arreglo se cambia por otra…