Tras un año funcionando, evitó el pasado verano el colapso total de la N-IV a su paso por Dos Hermanas
Ya se ha cumplido el primer año desde el pasado 15 de enero de 1972, día en que el ministro de Obras Públicas, con seis meses de adelanto sobre el calendario previsto, pusiera en servicio (aunque a fecha de hoy aún no esté inaugurada oficialmente) la A-4, la autopista de peaje entre Dos Hermanas y Puerto Real, que permite al usuario superar las molestias de tráfico de la N-IV. Y es hora de hacer los primeros balances. El tráfico contabilizado es de una media de 2.500 a 3.000 vehículos diarios, con una punta alcanzada en el mes de agosto de 6.400. Si consideramos una media de dos pasajeros por vehículo, resulta que en este año han pasado por la nueva vía dos millones de personas.
Son cifras que invitan al optimismo y que acallan a sus detractores, que opinaban que no era necesaria su construcción, pues ya existía la Nacional IV. Sin embargo, buena parte de los usuarios han optado por la seguridad de la autopista de peaje y sobre todo por su rapidez, ya que permite a los sevillanos llegar a las playas de Cádiz en menos de una hora.
Faltan áreas de servicio
Lo más positivo de este primer año de autopista ha sido que, como otros veranos, no se vieron en Dos Hermanas ni en Bellavista atascos significativos en la Nacional IV, a la que descargó significativamente de viajeros evitando el colapso de otras veces. Entre las notas negativas, destacamos que aún no se han terminado las plantaciones de zonas ajardinadas, el embellecimiento de cunetas y arcenes, ni han entrado en servicio las preceptivas áreas de servicio con cafeterías y gasolineras. Sólo el Cerro del Fantasma, en Las Cabezas, es una realidad.
