Como máximo responsable de la entidad organizadora de la puesta en marcha del alumbrado navideño, quisiera pedir disculpas a la Banda Juvenil de música Santa Ana, al Coro de Campanilleros de Ibarburu y a todas las familias que llevaron a sus hijos a la Plaza de la Mina a pasar una tarde de ocio con las actividades previstas.
Los ciudadanos deben saber que es Fenaco y no el Ayuntamiento quien contrata las luces de Navidad, por consiguiente su puesta en marcha es un Acto que compete a la Federación desde su creación en el año 2001. Para el día del encendido se invita al alcalde, a las autoridades, partidos políticos, bancos, notarías, comerciantes y otras entidades representativas de la ciudad.
Este año, por razones que desconozco el sindicato de policías y bomberos se presentó en el mismo con pancartas y pitidos reivindicando una serie de derechos que según ellos la administración ha incumplido.
Respeto profundamente las reivindicaciones de los sindicatos y no pongo en duda que serán legítimas, pero tienen que entender que sus derechos como colectivo no tienen porqué lesionar los derechos del mío, aquí no todo vale y sin conocer sus necesidades reales les paso a detallar brevemente las necesidades del mío.
El tejido comercial nazareno está luchando por sobrevivir, haciendo auténticos malabares para llegar a fin de mes y hacer frente al pago de alquileres, seguros sociales, sueldos y todos los gastos que conlleva tener una empresa. No tenemos la suerte de llegar al día 30 de cada mes y tener garantizado un salario, grande o chico pero seguro. Si se vende se subsiste y si no, el que no tenga un buen respaldo está condenado a echar la persiana más tarde o más temprano.
La Campaña de Navidad es una época del año que muchos negocios esperan como agua de mayo para incrementar sus ventas y poder resistir los meses posteriores, por lo que, con todos mis respetos hacia su colectivo, ni el comercio local, ni la banda de música, ni el coro de campanilleros y mucho menos la ciudad de Dos Hermanas se merece esto.
