Los vecinos de Ibarburu y Fuente del Rey, entre otras, están costeando de su bolsillo servicios como el alcantarillado o el alumbrado
Dos Hermanas constituye hoy día el primer centro urbano de la provincia de Sevilla, excluida la capital. Sin embargo, más que de una ciudad, hablar de Dos Hermanas es hacerlo de un gran caos urbano, un cúmulo de barriadas construidas de manera anárquica cuyo crecimiento no ha ido emparejado con los equipamientos más elementales, como el alcantarillado o la pavimentación de las calles. Eso significa que actualmente hay miles de personas en barriadas como El Rocío, Ibarburu, El Amparo, Fuente del Rey, San Hermenegildo, Santa Ana, El Carmen… que carecen no solo de red de alcantarillado; también de alumbrado público, servicio de recogida de basuras o cabinas de teléfonos.
En barriadas como Ibarburu, donde viven más de cinco mil personas, las calles son auténticas escombreras llenas de cáscaras, cabezas de pescado y huesos. Hasta hace poco, al no disponer de alcantarillado ni servicio de recogida de basuras, cuando llovía las aguas residuales corrían por las calles, esparciendo restos de comida; el pasado verano, los mosquitos y la peste se hicieron inaguantables. Realmente, una imagen tercermundista indigna de este pueblo.
El Ayuntamiento mira para otro lado
Frente a todos estos problemas, el Ayuntamiento, como en otros tantos municipios andaluces, no puede hacer nada. Al menos eso le dicen a los vecinos que han ido a solicitar estos servicios. Se encuentran con concejales sesteantes e inmóviles y un alcalde, el médico Manuel Rivero Monterior, que se limita a repetir esta frase: “No hay dinero, no se puede hacer nada”.
Ante esta escasez de recursos, los vecinos han empezado a reunirse por su cuenta para buscar soluciones, pero les vence el temor a que algún día se presente la Policía o la Guardia Civil.
Hace ya cinco años, en 1970, comenzaron las reuniones en las barriadas de San Hermenegildo y Santa Ana, a las que acudían guardias civiles de paisano para evitar “fervores cívicos”. Estas dos barriadas han sido las primeras en crear lo que se ha dado en llamar “Comisiones de Barriadas” que, básicamente, siguen este lema: “Si el Ayuntamiento no nos pone el alcantarillado, pongámoslo nosotros”.
Los vecinos se movilizan
Las Comisiones de Barriadas son representantes vecinales que, sin reconocimiento legal, realizan las obras en sus barriadas con recursos propios, sin fondos municipales aunque con la aprobación del Ayuntamiento. Se hace un presupuesto, se divide entre el número de vecinos y cada uno pone su parte. Así es como el 1 de julio pasado comenzaron las obras de la red del agua en San Hermenegildo, que han terminado hace unos días. El presupuesto, 8 millones de pesetas, ha sido costeado por los vecinos, que han tenido que buscar incluso al contratista. El Ayuntamiento se ha limitado a poner los tubos.
Algunos con mucha “cara”
“Ocurrió”, nos cuenta un vecino, “que en el Ayuntamiento nos dijeron que para enganchar el colector teníamos que pagar veinte mil duros. Fuimos a visitar al Jefe de la Confederación Hidrográfica y se llevó las manos a la cabeza. En teoría, el colector llevaba año y medio funcionando para nosotros, pero se le había dado el enganche a una urbanización particular que estaba al lado y en la que tenía intereses un concejal”.
Además de la financiación de las obras, el gran problema al que se están enfrentando las Comisiones (nos comenta José Rubio, de la barriada El Carmen) es el de algunos vecinos insolidarios que deciden no pagar, ya que “alegan que es cosa del Ayuntamiento y no nuestra”. En ese caso, se trata de un matrimonio del que se conoce que tienen recursos suficientes “pero que no pagan porque no les da la gana”, por lo que “no se les conecta el agua y punto”. Otros casos (como nos cuenta César Jaime, en San Hermenegildo) son los de ancianos que cobran el subsidio agrícola (“una miseria”) y materialmente no pueden costear las obras. “A esos”, comenta Jaime, “les hemos puesto su parte entre todos, y tienen agua gracias a la solidaridad de los vecinos”. Esta es la radiografía de Dos Hermanas.
Así están las barriadas
Más del 80 % de la población de Dos Hermanas se concentra en las barriadas periféricas. Esta es la situación actual de algunas de ellas:IBARBURU: La Comisión ya ha conseguido que el Ayuntamiento envíe dos camiones de recogida de basuras. Además, para mejorar el acceso a la barriada, se planteó comprar una casa que estorbaba para hacer una calle. La casa fue comprada, derribada y la calle construida. El problema del alcantarillado ya ha sido resuelto pero no el del agua corriente. Más de 5.000 personas beben de pozos, en su mayoría contaminados por las fosas sépticas.
FUENTE DEL REY: Aquí viven 1.400 personas. Lo primero que consiguió la Comisión fue que un carro tirado por un burro recogiera la basura, pagándole a su dueño 25 pesetas diarias. Después vinieron el teléfono público, el agua potable y el alumbrado. Ahora se plantean la pavimentación de las calles. El concejal encargado de esta barriada no la había pisado jamás ni sabía dónde estaba situada, a pesar de que llevaba tres años en el cargo.
EL CARMEN: Lo más urgente, el agua, ya se ha conseguido. Los vecinos ya disfrutan de alcantarillado y agua potable. Ahora se plantean la pavimentación de las calles, el alumbrado y los teléfonos públicos.
SAN HERMENEGILDO Y SANTA ANA: Hasta hace unas semanas, los ocho bomberos del pueblo estaban ocupados en llevarles agua porque se había quedado sin ninguna potable. Tras seis meses de obras, han terminado las del alcantarillado. El Ayuntamiento ha puesto los tubos y los vecinos todo lo demás.
