La Rociera sumó al mal arbitraje su falta de acierto en la portería del Algabeño
Con la dificultad de remontar un partido que no comenzó con buen pie ante el Albageño, la Rociera de López Hidalgo cayó ayer en casa, pese a que por juego y ocasiones pudo haber obtenido un resultado más favorable.
Lo cierto que el partido comenzó con el dominio de los locales, que intentaron controlar el centro del campo para llegar con profundidad hasta la portería contraria. Pero enfrente tenían esta vez los nazarenos a un rival muy fuerte en defensa, que no daba oportunidad clara de sorprender. Su arma, por otro lado, era el contragolpe, con el que dieron más de un problema a la defensa de la Rociera.
Gracias a su siempre ordenado juego, el Albageño se adelantó en el marcador en el minuto 20 de partido, con el tanto de Andrés, culminando un perfecto contrataque de su equipo.
Los nazarenos trataron de recuperarse del golpe, pero los minutos pasaban y no encontraban huecos en la zaga del contrario. Con este resultado terminó la primera parte.
Tras la reanudación, el equipo de la Rociera salió con ánimos nuevos, dispuesto a marcar lo antes posible y nivelar el marcador. Así, a los dos minutos llegó la clarísima ocasión de Rubén, que acertó con una perfecta vaselina al portero, pero cuando el balón parecía entrar, un defensa sacó el balón bajo palos.
Poco después, con el pleno dominio del partido por la parte local, fue el medio Barros el que probaba fortuna, pero su disparo cruzado no entró porque el guardameta Adrián sacó la mano ‘in extremis’ para desviar a córner.
Pasaban los minutos, pero el gol no llegaba. Los nazarenos apelaron a la lucha constante, y asediaron con insistencia la portería del rival. El Algabeño trató de defenderse de los continuos ataques nazarenos, y le salió bien con la ayuda del árbitro, que permitió su juego duro.
En la recta final, llegó el escándalo. En el minuto 85 expulsó a Rubén. En el 92, hizo lo propio con el meta Alex, al que no dejaba sacar de puerta un rival, e intentó hacerse sitio. El colegiado incluso pitó penalti, pero Carlos, recién salido al campo, lo detuvo.
