En Geranios llevan cinco años organizando esta peculiar escuela de verano
Desde la entrada se intuye un patio al aire libre, precedido por un pasillo abierto rodeado de ventanas. A lo lejos se oyen gritos y chapoteos de niños en el agua. A medida que nos acercamos al patio, las risas y los salpicones se oyen más cercanos. Sobre el pavimento dos piscinas hinchables se agitan por el movimiento de los niños que juegan en el agua, atentamente vigilados por varios adultos. Podríamos estar en cualquier club deportivo, asociación de vecinos o local social, pero hay algo que nos llama la atención: los niños hablan en inglés. Estamos en la academia de idiomas Geranios, que desde hace cinco años organiza en verano la ‘Play summer school’, o lo que es lo mismo, una escuela de verano en la que mediante el juego, los niños van aprendiendo inglés casi sin darse cuenta, mejorando su vocabulario, su pronunciación y acostumbrando el oído a la lengua extranjera.
Aprendizaje natural
Los que están en la piscina son los ‘kiddies’, el grupo de los más pequeños, de tres a seis años. A su alrededor, los profesores nativos y bilingües de la academia les vigilan y les conminan a hablar en inglés. De esta forma van aprendiendo el vocabulario de las situaciones cotidianas, como por ejemplo, el nombre de las prendas de ropa o las acciones más básicas. Como los ‘kiddies’ son todavía muy pequeños para comprender estructuras gramaticales complejas van aprendiendo el idioma de forma natural, “tal y como los niños aprenden el español desde pequeños”, comenta María José Gómez, directora de la academia. En la hora del desayuno, se dicen unos a otros lo que han traído y así van aprendiendo vocabulario.
Horario flexible
La ‘Play summer school’ comenzó hace cinco años, y cada vez ha sido mayor la aceptación por parte de alumnos y padres, por lo que el año que viene se ampliarán los grupos. Este año, por primera vez, la actividad ha comenzado la última semana de junio, unas semana antes de lo habitual, por lo que los padres que todavía estaban trabajando han podido encontrar un lugar donde dejar a sus hijos aprendiendo inglés mientras juegan.
El horario flexible de la ‘Play summer school’, en marcha hasta finales de mes, permite que los pequeños se incorporen tantas horas y semanas como decidan sus padres, teniendo en cuenta que para no romper el ritmo y que la actividad sea aprovechable, el mínimo son dos horas al día durante una semana. Sólo están fijadas las horas de la piscina y el desayuno. El resto del día los pequeños, divididos en grupos de no más de 12, realizan diversas actividades adecuadas a su edad. A los ‘kiddies’ se les estimula con imágenes y juegos. Los ‘juniors’, de seis a 10 años, aprenden con el visionado de películas en versión original, canciones o bailes. Los mayores, o ‘seniors’, de 10 a 13 ya juegan con activides que incluyen la escritura, como el ‘puntalápiz’. Muchos de estos niños se conocen de otros años, y es que la experiencia les anima a repetir. Además, los que se matriculan en la ‘play summer school’ no pagan la matrícula de los cursos de invierno. María José comenta que en las clases “se potencia el aprendizaje en un entorno natural, a través de la imagen y un enfoque oral. Es una inmersión, no vienen forzados; a veces, cuando los recogen los padres, salen hablando inglés con ellos sin darse cuenta”.
Salimos de la academia cuando es el turno de piscina para los ‘seniors’, que corren a ponerse el bañador para disfrutar de su particular ‘inmersión’.
Del otro lado del Atlántico
La escuela Geranios es una escuela pionera en ofrecer cursos especiales a estudiantes anglosajones para aprender el idioma y la cultura española. Cada año, una treintena de alumnos americanos se alojan en casas de vecinos de Dos Hermanas para vivir una inmersión cultural total.
