A Manolo le ha gustado
llegar al joven votante
a base de ser bastante
diferente a los demás:
ha querido presentar
su cartel con un dibujo
que de entrada, ya produjo
su proyección –nada escasa–,
sus vítores y acicates,
sus respuestas, sus debates,
su comentario y su guasa.
A Manolo lo proponen
con fondo coloreado
y un retrato que ha buscado
mostrarnos una propuesta,
que da sentido a su apuesta
por el joven nazareno;
por ese sector del pueblo
que nunca ha visto una lista
gobernando en Dos Hermanas,
que no venga de la pana
del Partido Socialista.
Adelante, buen Manolo,
con dibujos o sin ellos
no hay que perder el resuello
en el trance electoral.
Es bueno tu afán cambiante;
mira siempre hacia delante
buscando el viento mejor.
Pero Manolo, después
del dibujo, del cartel
y los fuegos de artificio,
demuestra tu buen oficio
y propón. Siempre. Propón,
que quien se queda en carteles,
en talantes y en pinceles,
apenas pasa el listón…



























