Marisol Pruna no se rinde frente a la artritis reumatoide

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    marisolParticipación Ciudadana reconoce su espíritu de lucha 

    Cuando con 26 años te dicen que tienes una enfermedad como la artritis reumatoide, inmunológica, inflamatoria y degenerativa, optas por quedarte en un rincón sin moverte o por moverte como sea. Y por esto fue por lo que optó Marisol Pruna Guerrero, nazarena de 44 años de edad, fundadora y vicepresidenta de la Asociación Nazarena de Reúma, ANARE. “Tengo una enfermedad que es muy agresiva, y que me partió mi vida por la mitad ya que desde entonces no puedo trabajar. Me han hecho muchísimas operaciones y actualmente la enfermedad me ha afectado a algunos órganos vitales, como corazón, hígado o riñones”.
    Si hace 19 años Marisol hubiese contado con una asociación como Anare, habrían cambiado muchos las cosas, ya que “hoy en día el que no está informado es porque no quiere, pero por entonces había mucho desconocimiento y no tenía nada ni nadie que me orientase”.
    Por ello, y para remediar esta carencia en el resto de los enfermos, hace 10 años se vinculó con la Asociación de Artritis Reumatoide de Sevilla, de la que surgió la necesidad de hacer en Dos Hermanas una asociación similar, pero que no sólo tratase la artritis, sino todas las enfermedades que afecten a las articulaciones. Así surgió Anare, que actualmente aporta a sus socios “desde información con diversas conferencias, un lugar de encuentro y viajes, hasta un fisioterapeuta y servicio psicológico”.
    Al estar regentada por los propios enfermos, comenta Marisol, “su actividad no es constante y hay temporadas que permanece cerrada ya que coincide que la mayoría nos encontramos fatal”. Por ello, prosigue, “lo que debe asumir y aceptar un enfermo es que su enfermedad no se cura. Yo lo he asumido y, aunque hay veces que la enfermedad me puede, seguiré luchando”.
    Este espíritu de lucha es lo que ha provocado que se le reconozca como ejemplo de superación personal para afrontar sus limitaciones. Marisol se enteró hace dos semanas y le pareció algo “muy bonito, aunque siempre me ha gustado estar en segunda línea, pero trabajando mucho”. 

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