El V Encuentro de Participación Ciudadana vuelve a premiar a entidades y particulares por su aportación a la sociedad
El próximo sábado el Club Entretorres de Montequinto acogerá el V Encuentro de Participación Ciudadana. Una oportunidad que aprovecha cada año la Concejalía de Participación Ciudadana y Salud, que dirige José Raúl Gil Sánchez, para hacer entrega de una serie de reconocimientos a personas y entidades con el fin de incentivarlos en valores de solidaridad, participación y compromiso con el movimiento social y vecinal.
En esta ocasión, los consejos sectoriales que se celebraron el pasado 27 de noviembre acordaron la propuesta de distinciones, por parte del consejo sectorial de Participación Ciudadana, a la Asociación Española de Ayuda contra el Cáncer, como mejor entidad, y a María José Cortés Cesto, de la Asociación de Vecinos Pablo Neruda, por su participación y labor desinteresada en el movimiento social. Por su parte, el consejo sectorial de Autoayuda y Salud acordó proponer a Carmen Rubio Terrero, fallecida el pasado día 9 de noviembre, y a Marisol Pruna Guerrero, como ejemplos de superación personal para afrontar sus limitaciones. Es la primera ocasión en la que se aprueba por unanimidad la entrega de dos reconocimientos en el apartado de autoayuda.
Asociación Española contra el Cáncer
Hablar de movimiento asociativo y voluntario y hacer referencia a la delegación local de la Asociación Española Contra el Cáncer es casi lo mismo. Fundada en 1993 por Antonio Burgos, Mari Carmen Gento y Carmen Gil, actual delegada de Consumo, cuenta en la actualidad con una veintena de voluntarios que enfocan su trabajo en dos campos. Por una parte, para hacer más fácil la vida de los enfermos de cáncer con visitas a los hospitales, los talleres formativos y el gabinete de atención psicológica; y por otra, con diversas campañas informativas para prevenir el cáncer en todas sus acepciones.
La asociación se afianza en el año 1994 cuando entran en su Junta Directiva Antonio Rangel, su actual presidente, y Modesta Vaquero, su mujer. Ambos conforman el estandarte de esta entidad que desde el año 96 cuenta con una sede propia en la barriada de El Rocío, como punto principal de información sobre el cáncer.
Sin duda una de sus actividades más loables y agradecidas son las visitas que ocho de sus voluntarias realizan una vez por semana al Hospital de Valme para conversar con los enfermos. Una labor que Rosa Barón Ferrero conoce muy bien ya que lleva seis años desempeñándola. Según Rosa, “el fin de estas visitas es escuchar tanto a los enfermos como a sus familiares y hablar de ellos de casi todo, menos de su enfermedad”.
Además, apostilla la voluntaria, “les orientamos y solucionamos los problemillas que vayan surgiendo durante su estancia en el hospital”. Para Rosa, “es una labor que hacemos de corazón y altruistamente, por lo que nos sentimos muy satisfechas cuando luego vemos a los enfermos tan bien por la calle y nos da mucha pena cuando se nos va alguno”.
Antonio Marín, como él muy bien dice, ha pasado por las dos fases, “he toreado y he visto los toros de la barrera”. Enfermo de cáncer, está muy agradecido por la labor realizada por las voluntarias de la asociación cuando él estaba ingresado, “ya que te ves hundido y necesitas a alguien que venga y sólo hable contigo. Me ayudaron mucho y por eso estoy yo aquí ahora para intentar ayudar a los demás”.
Por ello, todos los voluntarios y colaboradores de la asociación coinciden a la hora de hablar de ella como una gran familia, puesto que, como comenta otra enferma de cáncer y miembro de la entidad, “te llena y da sentido a la vida”.
Entre los aspectos menos positivos, destaca el tabú que todavía existe en la sociedad sobre el cáncer.
Antonio reconoce que “no es agradable, pero hay que asumirlo, ya que la mejor manera de enfrentarse a tu enemigo es conociéndolo”. Además, los voluntarios coinciden en la reticencia de algunas personas a la hora de aportar un donativo, prosigue Antonio Marín, “porque creen que lo que recolectamos es para nuestro uso personal”.
Homenaje a título póstumo
Las malas jugadas de la vida han provocado que Carmen Rubio Terrero no pueda acudir el próximo sábado al Club Entretorres para recoger su premio concedido por el Consejo Sectorial de Salud, según el delegado del ramo, Raúl Gil, “por el mensaje que ha dejado como herencia, el de una mujer que no se ha rendido nunca”. Carmen falleció el pasado día 9 de noviembre, un mes después de que se presentase su candidatura a estos premios. Por este motivo la Concejalía se ha puesto en contacto con su familia que ha confirmado su asistencia. Durante la entrega del premio se proyectarán imágenes de la fallecida.