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«Dos Hermanas lleva un año esperando y más no puede esperar. Que se abran las puertas del templo y la cruz de guía pueda avanzar. Dos Hermanas, ahí está tu fiesta, tu Semana Santa va a comenzar». De esta forma, mientras sonaba la marcha Los niños hebreos, a cargo de una representación de la A. M. Ntra. Sra. de la Estrella desde el patio de butacas, Alejandro Jurado Mejías abría este Domingo de Pasión en el teatro municipal las puertas de la Semana Santa nazarena.

Lo hacía con un pregón que ha mirado hacia el interior, más que al exterior, centrado más en la vida de hermandad y de la iglesia, narrado desde la devoción y sin grandes alharacas, que se ha llevado una fuerte ovación por parte del público presente. Una auténtica charla cuaresmal, en la que Alejandro ha querido dejar claro que «los cofrades somos cristianos y somos iglesias«, además de que «la Semana Santa es una expresión religiosa, no una manifestación artística, en la que hacemos protestación pública de fe, no representamos una obra de teatro».

El pregón de la Semana Santa de Dos Hermanas 2024 daba comienzo a las 12:30 horas con el rezo del Ángelus y los sones de Amarguras, de Font de Anta, el considerado como el himno de esta fiesta, que interpretó la Banda de Música de Dos Hermanas Santa Ana. Esta formación fue la encargada de tocar las dos marchas elegidas por el pregonero para la ocasión, dos composiciones festivas y con la advocación de la Estrella como protagonista: Virgen de la Estrella, de Pedro Gámez Laserna, y Estrella Sublime, de Manuel López Farfán.

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Sobre el escenario, la Cruz de Guía de la Hermandad de la Estrella, dos capirotes, uno rojo de la corporación del Domingo de Ramos y uno morado de la Hermandad de Vera-Cruz, junto a una jarra de lirios, como los del monte del crucificado de San Sebastián. Palmas y otros utensilios del cuerpo de acólitos, completaron la decoración. Bajo el atril del pregonero, una jarra de plata con claveles rojos y lirios morados.

Nazareno de costumbres arraigadas

José María Rey Hermoso, la persona que mejor conoce al pregonero, según él mismo, fue el encargado de presentar a Alejandro Jurado Mejías. En palabras del presentador, «un nazareno de bien y de costumbres arraigadas«, un hombre que se define como «veracrucista de devoción y para el que la Virgen de la Estrella es su vida entera«. José María hizo una presentación muy familiar, ya que, para entender la relación que le une con el pregonero, además de ser su socio y su amigo, se tuvo que remontar a una vinculación que les viene de la infancia, de sus padres, con «unos lazos de hermandad que han desafiado al paso del tiempo«.

Alejandro inició su pregón presentándose al Señor para «hablar de tu pasión, muerte y resurrección«, para ello, pidió la venia a las autoridades allí presentes: el alcalde de la ciudad, Paco Rodríguez, la delegada de Cultura y Fiestas, Rosario Sánchez, el presidente del Consejo de Hermandad, Fran Alba Claro, y el párroco de Santa María Magdalena, Manuel Sánchez de Heredia. Además, se dirigió a sus hijos, su mujer, su madre, su hermano, a su «familia de la calle Mellizas», donde «forjé mi vida cofrade y de hermandad», a los que ya no están, en «un pregón celestial», y, muy especialmente, a Leoncio Alba Claro, «quien se desvivió por la Semana Santa de su pueblo».

Buscar al Señor en nuestro día a día

Alejandro Jurado, desde el principio, quiso dejar claro que «no soy un hombre cofrade, sino un hombre de hermandad«, asegurando que «los días de la Semana Santa se viven intensamente, pero no con la intensidad que se vive todo un año». Por ello, añadió, «mi mejor chicotá la he vivido en una sala de junta o en la soledad de una capilla con mis titulares, más que en la salida de una cofradía».

Para el pregonero, «la Semana Santa dura 365 días«, invitando a los presentes a «buscar a Cristo en nuestro día a día», ya que, «no está solo en el paso, sino que está constantemente en nuestra vida». Puesto que «lo importante no son tres marchas o la revirá de un paso en una esquina, sino que conozcamos la voluntad del Señor y que la Pasión es el mejor camino para llegar a Dios«.

Durante su pregón, Alejandro Jurado Mejías quiso poner en valor la labor social que realizan las hermandades de la ciudad, agradeciendo públicamente el trabajo que viene desempeñando el Centro de Orientación Familiar, en el que colabora con sus asesoramientos jurídicos el pregonero. Éste, además, animó a seguir luchando por «los derechos de las personas mayores«, además de dar «un sí a la vida y a la Virgen, ya que no hay mejor forma de vivir a Jesús que a través de María».

Partiendo de la base de que «debemos saber de donde venimos, no podemos aferrarnos a que todo lo venidero será peor», por lo que, en palabras de Alejandro, «no hay mejor manera para adaptarnos a los nuevos tiempos que formando y abriendo las puertas de la iglesia de par en par». Y es que, prosiguió, en esta nueva era digital y plena de modernuras, «la única verdad se llama Cristo y su bendita madre, la Virgen María».

Defensa de Dos Hermanas y su Semana Santa

Como buen nazareno de bien, el pregonero realizó en su disertación una bonita alabanza de su ciudad y sus tradiciones, ya que «Dos Hermanas está muy viva y su futuro asegurado, mientras existan nazarenos de su tierra enamorados». Y hoy, prosiguió, «te pido que aquí sigamos estando, que no olvides nuestras tradiciones y que de la ciudad sigamos disfrutando». Aunque «haya otros sitios, Dos Hermanas sigue estando, que te puedes ir fuera, pero no debemos olvidarnos que nuestro pueblo tiene solera y no le falta ningún encanto, que tenemos aquí de todo y debemos disfrutarlo». Que Semanas Santas habrá otras, «pero ninguna como la de nuestro pueblo soñado».

El pregón tuvo algunos momentos plagadas de vivencias personales y de anécdotas, como cuando el pregonero narró sus comienzos cofrades al amparo del crucificado de San Sebastián, aunque su padre era devoto de Oración y su madre del Señor del Gran Poder. «Ni de uno ni de otro, yo quiero ser hermano de Vera-Cruz», y se cumplió su voluntad. Cerrando su pregón en el presente, narrando al público del teatro como es una jornada de Domingo de Ramos en torno a su otra hermandad, la de La Borriquita. Alejandro Jurado nos llevó de la mano para vivir en primera fila la organización de esta cofradía en la Parroquia de Santa María Magdalena, siempre desde dentro, como a él le gusta, antes de que se abran las puertas del templo, que salga la cruz de guía y suene Los niños hebreos por los músicos de la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Estrella. En este momento del pregón, una representación de esta formación musical sorprendió a los presentes tocando desde el patio de butaca, mientras que el pregonero anunciaba que la Semana Santa iba a comenzar y que el principio del fin y el fin del principio está por llegar.

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