La Hermandad de Valme tenía una deuda con aquellos que engrandecieron la romería con sus composiciones musicales y con la segunda edición del concierto Dos Hermanas suena a Valme se ha quedado parcialmente saldada. El objetivo de la actual junta de gobierno es la de recuperar todo ese patrimonio musical perdido, haciendo que en las vísperas de los días grandes de la Virgen, suene a Valme por la ciudad.
La cita musical de la noche del pasado viernes en el teatro municipal se centró en uno de los periodos más prolíficos para la devoción a la Protectora de Dos Hermanas, entre 1965 y 1976, abriendo la selección musical el pasodoble que Fulgencio Morón dedicara a la Romería de Valme, en la voz del cantante de Lora del Río, Sergio Díaz, quien estuvo acompañado por la banda de Fernando Guerrero. Ésta quiso rendirle homenaje a Morón, interpretando el pasodoble que Julio Páez dedicase a su persona.
Los maestros de ceremonia de esta velada musical, que se prolongó durante más de hora horas, fueron Antonio Diosdado y Manolo Pérez, quienes rememoraron aquellos años de Radio Estrella en la ciudad con un sinfín de anécdotas, a la par que iban dando paso a nuevas actuaciones.
El Coro de Valme cantó, con la compañía de la banda, unas sevillanas de 1970 que interpretaron en su día Los de Valme, con la que se llegaría al final del primer bloque. Los siguientes en tomar el escenario serían los integrantes del Grupo de Danzas Ciudad de Dos Hemanas, interpretando un fandango de Huelva que Los del Río cantaron en 1968, para dar paso, nuevamente al coro, para cantar sus piropos y añoranzas a Valme, dos nuevas composiciones de los 70.
El cantante Sergio Díaz volvió a escena para hacer unas milongas que el Rerre de Los Palacios cantase en 1965, para luego hacer unas sevillanas de Los Sureños, de 1974, acompañado por el coro de la hermandad. A continuación se unió el grupo de danza para bailar la sevillana Es nuestra Virgen de Valme.
Pero una de las grandes sorpresas de la noche y que más aplausos acapararon, además del recuerdo que los presentadores tuvieron para Sor Presentación, fallecida esa madrugada, fueron las niñas Lola y Rocío Avilés Ortega, que interpretaron y bailaron a piano el Ave María de Valme que Los Serafines interpretaron en 1974.
Con la unión nuevamente del coro y la banda se cantaron dos nuevas piezas de Los de Valme y Voces de Valme con las que se fueron llegando al final del concierto, no exento de sorpresas, como el estreno de la noche, la sevillana Arias de Valme, en homenaje al carretero ya fallecido José Caro Arias, que interpretó la pequeña Rocío al piano, compuesto por Federico Alonso Pernía, uno de los principales letristas de Valme.
Por ello, la hermandad, en la persona de su hermano mayor, Hugo Santos Gil, quiso tener un detalle con su persona, haciéndole entrega de una miniatura de la Virgen de Valme. También hubo detalles con las personas que se habían implicado, poniendo voz, música y danza a una noche con bises, salves y muchos aplausos.