Si todo el público que llenaba este viernes el auditorio de Dos Hermanas se hubiese colocado ante sus ojos el filtro vintage de la cámara de sus teléfonos móviles seguro que se hubiesen tele transportado a hace tres décadas cuando Hombres G iniciaba su meteórica carrera y revolucionaba el panorama musical español con su música y sus letras.
Treinta años después, David, Dani, Francisco Javier y Rafa siguen conservando ese toque gamberro, aunque los años no pasan en balde, y han sabido contagiar al público de Dos Hermanas con el toque de humor y también sentimental de su música desde el minuto cero en el que han aparecido en el escenario.
Lo hacían pasados nueve minutos de las diez de la noche y ante un auditorio repleto de público, sobre todo, de la ya denominada Generación EGB, de los que forraban sus carpetas con las fotos de la revista Super Pop, y que han revivido la década de los 80 con dos horas de fiesta musical en la que Hombres G ha repasado lo mejor de su carrera musical.
Al hilo del tema que abría el concierto, Voy a pasármelo bien, David Summers recalcaba que estaba muy contento por estar en la tierra de sus padres, arropado por casi toda su familia y amigos, “en una noche maravillosa de verano, en la que vamos a disfrutar de lo lindo”.
Y así ha sido, ya que el público, al que le ha faltado sacar los mecheros, como en los conciertos de antaño, ha gritado, coreado y bailado todas sus canciones. Pero a falta de mecheros, buenos son los móviles y sus linternas, con los que han llenado de estrellas el patio de butaca, cuando no eran empleados para hacerse los recurrentes selfies durante el concierto. Esto no es muy de los ochenta, pero es lo que tiene acudir al concierto de un grupo, como Hombres G, que traspasa época y generaciones.
Me siento bien, Has sido tú, Lo noto, Sueltate el pelo, Nassau, Visite nuestro bar o Marta tienen un marcapasos han sido algunos de los grandes clásicos de Hombres G que se han cantado en el auditorio antes de llegar al final del concierto. Lo hacían pasadas las once y media de la noche, pero el público ya coreaba el tema que sabía que no podía faltar en una cita como esta.
Faltaban los bises y Devuélveme a mi chica debía estar en esta selección. Así al menos lo entendían sus seguidores, que no cesaron de cantarla hasta que el grupo volvió nuevamente al escenario del auditorio. Pero antes, David Summers interpretaba, sólo ante el peligro, Temblando para dar el relevo al batería del grupo que, tequila en mano, dio el paso a otro de sus hits imprescindibles, Venecia.
Y al final, David comenzó a cantar aquello de “estoy llorando en mi habitación” y el auditorio se vino literalmente abajo para cerrar una noche para el recuerdo y llena de recuerdos, la de una época, la de una generación y la de un grupo, Hombres G, que siguen levantando pasiones y llenando auditorios a pesar del tiempo.