Se queda pequeño el adjetivo intensa para calificar la campaña de publicidad con la que se está dando a conocer en la prensa sevillana (sobre todo ABC) la insuperable calidad de vida de la que se goza en La Motilla. Anuncios a toda página con titulares como “Sin atascos”, “Encantado de vivir en La Motilla” o “La Urbanización del Futuro” están atrayendo a decenas de sevillanos (también a nazarenos de cierto nivel económico) a interesarse por la compra de parcelas o chalets en construcción.
La última ocurrencia, que ha supuesto todo un éxito (a tenor del número de personas que se para a hacerse fotos), ha sido la de colocar, a la entrada de la urbanización, un avión del ejército del aire rescatado del desguace. Hace unos días, un tráiler de transporte especial descargó aquí las piezas (el fuselaje por un lado, las alas por otro) que más tarde han sido ensambladas. El avión, un reactor Saeta de 1963, ya luce a las puertas de la oficina de información, al pie de la autopista Sevilla-Cádiz. Está permitido a los visitantes sentarse en los puestos de cabina y ‘pilotar’.
Una ciudad planificada
El avión es sólo un reclamo publicitario, un icono que puede acabar convirtiéndose en seña de identidad de esta urbanización en el futuro. Pero los argumentos para vivir en La Motilla van más allá y son más que convincentes: se trata de la primera ciudad planificada de Andalucía. Es decir: se ha construido al revés que las demás. Normalmente, primero existe la ciudad y después llegan los servicios. Aquí ya están las calles asfaltadas (con una anchura de 8 a 10 metros), ya se han realizado las acometidas de luz, agua y alcantarillado, ya existen los jardines comunes, calles peatonales, se construye un club deportivo … sólo faltan las casas. Algunas de ellas ya están levantadas y moran en ella los primeros ‘motilleros’. La primera fase se encuentra vendida y está en venta la segunda. Son en total 515.000 m2 de terreno a pie de autopista. La cercanía a Sevilla (“a 8 kilómetros de La Palmera”), el cómodo acceso “sin atascos” a la capital, el precio (“igual al de un piso en Sevilla”), los espacios verdes y la tranquilidad (un densidad de 70 habitantes/hectárea) son sus sólidos ganchos de venta.
Además de lo ya construido, se reservan 200.000 m2 para una futura zona comercial y un colegio.
{xtypo_rounded4}¿A qué olían los jazmines?
“Entre tanto olor a ciudad… sería bonito también oler los jazmines… ¿A qué olían los jazmines?”. Este es uno de los eslóganes publicitarios con los que, poniendo en valor sus 150.000 m2 de parques, se quiere atraer a los compradores. Junto a estas líneas, el simpático anuncio que, en ABC, advierte hoy a todos que, de la noche a la mañana, un avión ha realizado un “aterrizaje forzoso” en La Motilla.{/xtypo_rounded4}
“No lo desguacen… que me lo llevo a casa”
Si curioso es para el viajero encontrarse un avión al pie de la autopista, más curiosa es la historia de este ejemplar que ahora se encuentra en La Motilla. Se trata de un HA-200 Saeta, modelo de avión construido en la fábrica de Hispano Aviación en la trianera calle San Jacinto y primero que se fabrica en España. Durante varios años realizó vuelos de exploración militar por la península y Canarias, al servicio del Ejército del Aire, alcanzando velocidades de 900 km/h.
Tras un aterrizaje forzoso en la base aérea de Tablada, quedó desechado, para su desguace. Sin embargo, fue rescatado de la chatarra por el comandante ingeniero aeronáutico Francisco Ruiz-Cabello Jimena, uno de los primeros habitantes de La Motilla. Pidió permiso para llevarlo a la urbanización, y le fue concedido por Fernando Díaz de Herreda, coronel jefe de la Región Aérea del Estrecho.
Se le extrajo la turbina (marca Rolls-Royce) y varias piezas más, como el timón de altura, que se guardarán como piezas para el Museo del Aire. El Ejército del Aire ya no ha fabricado más este modelo de reactor.
Antes de pensar en un avión como reclamo, hubo quien propuso comprar una locomotora o un automóvil de principios de siglo.