Unas amigas decidimos visitar Madrid durante un fin de semana. Fuimos al Parque del Buen Retiro donde, por supuesto, como turistas que éramos, quisimos hacernos una foto junto a unas de sus fuentes. Pedimos a una chica española que nos sacara la foto y ella accedió con mucho gusto. Formamos un grupo, nos abrazamos, y sonreímos. La chica, mirando por la cámara, se sonrió y dijo: “Ay, ¡qué sonrisas americanas!”
Sé que algunas cosas pueden mostrar al mundo que soy americana, como mis zapatos, la marca de mi chaqueta, mi deseo de llevar chanclas con el año bastante avanzado, y – claro – mi acento. Pero ¿simplemente sonreír puede mostrar mi herencia?
Preguntamos a la chica por el significado de estas “sonrisas americanas” y nos dijo que se refería a una sonrisa muy grande que muestra todos los dientes. Pensando en esto, mis amigas y yo nos dimos cuenta de que es verdad; aquí la mayoría de las personas sonríen con sus labios cerrados y en EEUU esto no es normal.
Creo que este hecho sencillo muestra una diferencia entre las dos culturas que se pueden apreciar también en otras situaciones. La gente de EEUU tiene una reputación en el mundo de ser muy estrepitosa y de hablar mucho. Siempre son los que todos pueden oír hablar a voces en la calle o el restaurante. Hablamos con cualquier persona que está cerca aunque no la conozcamos. Hablamos con la gente en el autobús, en la cola de la tienda. Saludamos a personas que nos encontramos en la calle o nos disculpamos con quienes tropezamos, aunque nunca vamos a verlas otra vez. Creo que “la sonrisa americana” es todo un símbolo de este aspecto de nuestra personalidad. Es una sonrisa abierta que está diciendo: “Ven aquí. Háblame. Voy a decírtelo todo.”
La sonrisa “española” cerrada tiene un sentido más íntimo, como son las vidas sociales de las personas de este país. No es que no sean amables, solo que son más personales. No le cuentan todo de sus vidas a cualquier persona. Necesitas realmente conocer a la persona para encontrar lo que está detrás de su sonrisa. El énfasis en la familia y las relaciones con los amigos que han conocido durante toda una vida aquí es más fuerte que en EEUU. Aquí, los extranjeros como yo necesitamos intentarlo con más intensidad que en EEUU para llegar a ser realmente amigos de las personas españolas.
Es un desafío que asumo con una gran sonrisa "americana", como el perro que menea su cola para todos.
