Como una persona que siempre quiere aprender del mundo, me siento privilegiada por estudiar aquí en España. Soy una chica de Estados Unidos que sueña con ser periodista, pero aquí, en la Universidad de Sevilla, por un semestre soy una estudiante de español.
Hace casi un mes que he llegado aquí, y desde mi llegada muchas personas me han preguntado: "¿Cuál es la cosa más chocante para ti como extranjera?"Tal vez, que soy muy capaz de adaptarme; me encanta toda la comida que mi señora me prepara, me gusta jugar al fútbol y parece muy probable que viviré con mis padres cuando aún tenga 31 años como mi 'hermano' de aquí, dada la terrible crisis económica que afecta a todo el mundo.
En verdad, nada en España me ha chocado, pero hay diferencias que me interesan. Cada semejanza lleva pareja una diferencia entre España y Estados Unidos. Para empezar, me gustaría hacer notar las diferencias generales entre Sevilla y mi propia tierra, la ciudad de Nueva York.
Así como la atmósfera tranquila de Sevilla fluye en la sangre de los sevillanos, la energía eléctrica de Nueva York forma una parte del ser de mi familia y de mí misma. Mis padres se conocieron en Manhattan, él es abogado, judío, y ella católica, de origen mexicano. La mezcla de culturas es muy común en una ciudad como Nueva York, mientras que aquí es más raro encontrarla.
Pero Sevilla tiene características parecidas a Manhattan, específicamente en los diferentes barrios. Nervión parece como Midtown, una zona de Manhattan con importantes entidades financieras, grandes almacenes y más centros comerciales. Todo lo que necesitas puedes encontrarlo en Nervión, así ocurre también en Midtown.
El precioso barrio de Santa Cruz parece como el Village de Manhattan, dónde puedes encontrar gente de todas las edades pasando el tiempo fuera de casa, cenando en calles muy estrechas bajo luces bonitas.
Pero yo pienso que la calle más parecida a una de Manhattan es la calle San Jacinto, en el barrio de Triana. Cuando estoy en ella, recuerdo todo lo que me encanta de Nueva York: una mezcla de tiendas, restaurantes, bares, paradas de autobús, cafés y mercados uno tras otro; además, esta calle tiene cierta energía muy parecida a la de Nueva York.
La ciudad de Nueva York siempre está viva, con energía positiva, y así he encontrado también a Sevilla.Mi madre me preguntó por teléfono: "Hija, ¿puedes vivir en Sevilla, tan lejos de Nueva York?" Y mi respuesta, sin duda, fue "Sí."
