Como un bufón moderno reflexionó sobre el papel del monoteísmo hoy día
Leo Bassi se había propuesto que los espectadores de La Revelación perdieran la fe en el monoteísmo, pero con el público que llenó el teatro municipal el sábado lo tenía fácil. Por eso optó por ofrecer razonamientos para “ayudar a que el laicismo se viva con pasión” y argumentar en contra de los creyentes.
Como el hombre de la Ilustración que pretende ser, Bassi transformó las manzanas del pecado original en las manzanas de Newton, que cayeron entre el público más que por el peso de la gravedad por el lanzamiento con un bate de béisbol. Bassi conjuró la mancha de nacimiento mordiendo la manzana, invocando a los pensadores y científicos, un “homenaje a los que liberaron la mente humana” frente a la concepción que tienen las religiones monoteístas de la sexualidad como una enfermedad.
Polémica
El espectáculo comenzó con la aparición estelar de Benedicto XVI entre el público, (acompañado por dos guardaespaldas llegados esa tarde desde el CTV) quien anunció cambios profundos en la doctrina vaticana, como la canonización de lo mártires de los dos bandos de la Guerra Civil, la aprobación del uso de preservativos “elegidos y probados en el Vaticano”, que lanzó pontíficamente al público. Luego anunció cambios en la liturgia, con una cruz formada por luces de discoteca y un ritual en que se baila funky. Esta parodia del Papa, nueve minutos en un espectáculo de dos horas y media, le ha granjeado la polémica y la enemistad de los sectores más reaccionarios de la iglesia católica, incluso la retirada de su espectáculo en Marchena.
Tras despojarse de los atuendos papales y aparecer vestido a modo de telepredicador, Leo Bassi hizo un repaso del Antiguo Testamento, en su papel de bufón como agitador de conciencias; haciendo ver cómo las páginas de La Biblia dejan un papel secundario a la figura de la mujer, desde el momento en que Eva es creada a partir de una costilla de Adán y luego es la que cae en la tentación de comer de la manzana del árbol de la sabiduría.
Poco a poco fue dando otros argumentos para “joder a los creyentes”, advirtiendo del peligro de la presencia cada vez más fuerte de la religión en la política de estados que se definen por su Constitución como laicos. Es el caso de Estados Unidos, a cuyo presidente también parodió, comparando la situación de Israel y Palestina y la guerra de Afganistán con la entrada de los israelitas en Jericó, guerras en las que se utiliza el nombre de Dios como excusa.
Leo Bassi reconoció la suerte de poder parodiar de esta forma al Papa por estar en la ilustrada Europa, irónicamente, la misma que apoya por boca de Javier Solana a Estados Unidos en sus guerras en Oriente Medio.
Chamán
La Revelación de Bassi empezó como una apuesta por la racionalidad en la vida pública, y acabó como una celebración de la imperfección del ser humano frente a la perfección divina.
Bassi, ateo “porque vengo del circo, y allí hacemos milagros continuamente pero con trabajo y sudor” demostró estar en forma a sus 55 años haciendo malabarismos con un piano, y acabó abogando por el ecologismo y el amor a la naturaleza en lugar de someterla “como dice La Biblia”, convertido en un chamán de la Patagonia chilena. Con este ritual iniciático para volver a las raíces de la naturaleza, “tan ridículo como la danza contemporánea”, demostró ser un bufón que sabe reírse de sí mismo, un personaje necesario en la Europa de hoy.
Público en pie
El público no paró de reír durante el espectáculo, que más allá de la simple parodia provoca una reflexión a través del humor. Todo el público en pie aplaudiéndole le pareció a Bassi, amante de la imperfección que ha permitido la existencia del arte, “demasiado perfecto”, por lo que decidió sacarse “un cojón” para “destruir mi imagen pública”.