¿Creen ustedes en la telepatía? Yo sí.

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Un domingo del pasado mes de abril hice el borrador de esta carta. El lunes leo esto en nuestro periódico La Semana: Proyecto para crear un observatorio de aves en las marismas nazarenas. ¡Ahora os toca a vosotros observar! El Velódromo, Hipódromo, Botellódromo! Los dos primeros deporte, el último de botellas, de borrachera. 

Es la palabra más fea y desagradable que había escuchado nunca. Pero como todo en estos tiempos "mola", como dicen los jóvenes, pues cuantos más tacos escuchan en la tele, más gracia y más audiencia hay. Amigo Juan Varela, esta frase de Benjamín Franklin que leí: "Si los hombres son tan malos con el auxilio de la religión, ¿cómo serían sin ella? Ésto les va muy bien a esas personas que son capaces de publicar semejantes ofensas contra todas las personas que tenemos temor de Dios, y por lo tanto buenos sentimientos y creemos en lo que queremos. No sufra amigo mío, que ninguno nos vamos de este destrozado mundo sin saber que hemos estado en él ¡Pero vaya candidato a la alcaldía de Badajoz! ¡Como para votarlo!

Seguiré a lo que iba, a los jóvenes. Hablaba del botellódromo. Sería más agradable y bonito llamarlo lugar de encuentro y recreo para ellos. Una copa es salud y alegría, más, enfermedades y muerte. ¿Por qué quieren llevárselos a las afueras a que sigan bebiendo? Así estoy segura que no se termina con ese mal. Mal que se puede curar con investigar, observar, colocar, dar, recordar, abrazar… No estamos en la antiguedad donde alejaban, desterraban y temían a los leprosos. Los jóvenes de hoy no son leprosos, son solo jóvenes que lo han tenido todo, o no han tenido nada. Y quieren tener su propia vida, y a la mayoría no han sabido enseñarles las consecuencias. Consecuencia de lo que cuesta su propia libertad, y tener su buena colocación, sus buenas amistades, su buen coche, tener un apartamento en la playa… Ya todos aspiramos a más y no nos conformamos con un catre para dormir y un banquillo para comer. Nada de eso les enseñamos a los hijos. Solo corremos de un lado para otro sin pararnos a pensar a quien les hacemos bien o mal.

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Tres habitaciones en la casa, una para cada uno, tres televisores, tres ordenadores y tres móviles, y cuando hablan, nada llega a ninguna parte.
Rodríguez de la Fuente vivía entre los animales y para los animales. Los observaba, investigaba sobre ellos y vivía con ellos para conocerlos. Eso es lo que hay que hacer, no censurarlos sin saber el porqué de sus comportamientos.
Todos hemos sido jóvenes y sabemos de la hermosura de la juventud, ¿por qué no hacer como Rodríguez de la Fuente? Pero cerca de nosotros. Con buenos profesionales que les orienten, con buenas ofertas de trabajo, pisos económicos y bien terminados…
¿Cómo se puede permitir un empresario tener una chica joven todo el mes buscando pisos y locales para vender o arrendar, llegando cada día a su casa con los pies ensangrentados, y pagarle 50 euros?
Por favor, más humanidad y mucho más control de lo que hay. Los jóvenes están tan desorientados por estos caminos tan trabajosos e injustos de la vida.

Tan solo se les ofrece bonitos sitios de recreo cerca de la población, y se les pide que sean responsables y respetuosos con el entorno.

Y ¡hay tantas cosas para compartir! Deporte, cine, teatro, coros de canto, manualidades, pintura, periodismo, radio, integrantes, ayuda en carretera voluntaria… Un sinfín de cosas agradables en vez de emborracharse y no ser conscientes de nada.

Menos hablar por la tele y más hacer en persona. Ellos son ahora a los que tenemos que ayudar. Son nuestro futuro y tienen que estar sanos y fuertes para dar alegría a la vida.
Les toca a los mandatarios perdir también otra subvención para que los jóvenes tengan su punto de encuentro en condiciones y cerca. Para que se escuche algo por todo el pueblo, como cuando se llenaba el Arenal y la calle Real. Una subvención más no lo notará la Diputación ¡vamos digo yo!

Y también creo que toda esa ruta ecoturística a la que me refería al principio, quitará la tranquilidad a todos los animales que allí residen, ya que todo lo que el hombre toca, se acaba destruyendo.

Este es mi punto de vista, lo siento. Como siento despedirme de momento. Pero antes os diré, que si yo fuese un animalito de ese paraje, me gustaría ser una paloma blanca, para así llevar la paz a todo el mundo. Un abrazo muy fuerte de vuestra siempre amiga

 

 

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