El concejal de Participación Ciudadana, Raúl Gil, le entregó una placa homenaje en nombre del Ayuntamiento
La Residencia de San Rafael lucía engalanada con globos y coloridas guirnaldas, como todo cumpleaños que se precie, la tarde del pasado día 18. Las hermanas Josefinas de la Caridad lo tenían todo listo para festejar el siglo de vida de una de sus usuarias, Carmen Fernández-Heredia.
El centro estaba de bote en bote a primera hora de la tarde para acudir a la misa que en su honor se estaba celebrando en la capilla. Los sones rocieros del Coro Amanecer pusieron la nota festiva y emotiva a una homilía que dio paso al homenaje propiamente dicho. Al mismo no quiso faltar nadie, familiares de la homenajeada, la congregación religiosa, el resto de usuarios y personal de la residencia, el médico de la cumpleañera y hasta el concejal de Participación Ciudadana y Salud, Raúl Gil.
Gran cantidad de regalos
Los regalos se fueron sucediendo: poesías, un ramo de flores, una placa de parte de los coros flamencos, otra placa del ayuntamiento de la ciudad y, por supuesto, una tarta, coronada con un número, el 100, los años que lleva vividos y los que les quedan a esta mujer con una salud de hierro y una memoria envidiable, que se mostraba “sorprendida por este homenaje que no me merezco… Además, no me gusta ser la protagonista”.
Una jornada muy especial y cargada de emociones y nervios, de la que Carmen no olvidará nunca “la misa, porque no me esperaba la cantidad de gente que ha venido y un rosario que me han regalado y que necesitaba porque el que tengo estaba roto”.
Sin olvidar por supuesto la llamada que ha recibido en directo de la Cadena COPE, su fiel compañera en la residencia, según la hermana Aurora, “desde que se levanta a las 6:00 hasta las 0:00 horas”.
Y es que a Carmen no le gusta perder el contacto con el mundo exterior, según comentan sus sobrinas, y le encanta estar bien informada a través de la radio. Otra de las pasiones de esta gran mujer y que no practica por problemas de ceguera es la lectura, la costura y el punto de cruz; así como la música y el medio ambiente.
Para su familia
Para sus 18 sobrinos y sobrinas su tía Carmen se caracteriza por “ser una persona serena, impresionantemente sencilla, humilde y bondadosa, volcándose en todo momento con los demás”. No obstante, prosiguen, “nos ha querido a todos nosotros como hijos y actualmente cuida de su hermana menor, de 98 años de edad”.
Para las hermanas Josefinas
La hermana Aurora, directora del centro, define a Carmen por su “humildad, lucidez de conocimientos, sencillez, alegría y su capacidad de relación con el resto de los ancianos”. Además, apunta, “es una mujer muy agradecida y cada día llama a la cocinera para darle las gracias por la comida”.
Para su médico
Por otra parte, Luis María Jiménez Alonso , médico, ve a Carmen, a sus 100 años de vida, “fenomenal y con una gran lucidez. No da problemas de salud y apenas cuenta con medicación: sólo toma algunos analgésicos para el dolor”. Una situación saludable provocada, según Jiménez Alonso, “por su genética y un estilo de vida muy comedido”.
La vida de Carmen en cifras
Uno de los regalos más originales recibidos por Carmen fue un juego de cálculos realizado por el párroco Juan Anaya Peña según el cual desde el día 18 de enero de 1907, había vivido 100 años, 36.525 días, 876.000 horas, 52.596.000 minutos, 3.155.760.000 segundos y, para completar la tabla, ha contado los 3.155.000.000 latidos de su corazón.
Cien años, un siglo, en el que esta mujer ha vivido con sencillez y con humildad, dos de las características más repetidas por los que la conocen bien para describirla. Carmen Fernández-Heredia ha recibido así un felicísimo cumpleaños.