El 13 de diciembre es uno de los días más señalados en el calendario sueco y es que todo el país se vuelca en la fiesta de Santa Lucía. Santa Lucía de Siracusa era en realidad una mártir italiana que fue decapitada en el año 304 por los romanos al no querer venerar a los dioses paganos. Lucía hizo el voto de permanecer siempre virgen y consagrar su vida a Dios, sin embargo su viuda madre la comprometió con un joven pagano. Consiguió romper el compromiso, pero su despechado pretendiente la acusó de ser cristiana, lo cual estaba prohibido en aquellos tiempos de persecución religiosa del Imperio Romano. Lucía, cegada en seguir la fe cristiana, perdió los ojos y la vida. Desde entonces Lucía (lux, luz en latín) es la santa patrona de la visión, la que ilumina a los ciegos y a los enfermos de la vista.
La celebración del día de Santa Lucía fue introducida hace varios siglos en Suecia y con los años se ha convertido en una de las más típicas tradiciones. Normalmente se festeja en colegios, el vecindario, el trabajo, residencias de ancianos, hospitales y hogares suecos. Incluso se elige a la Lucía nacional y cada ciudad o pueblo tiene su Lucía local. Si comparamos con Andalucía es como elegir a la Miss o a la Reina de la Fiesta o de la Feria.
He podido presenciar esta encantadora festividad en Estocolmo. La ceremonia consiste en una procesión encabezada por Santa Lucía, ataviada de una larga túnica blanca, una cinta roja a la cintura y una corona de velas encendidas en la cabeza. La joven santa viene acompañada por su séquito, todos vestidos de blanco y portando velas en las manos. El cortejo incluye a damas de honor, gnomos y a los llamados “niños de la estrella”, estos últimos tienen sombreros altos y decorados con una estrella.
Todos juntos forman un coro y cantan canciones típicas de esta festividad, como el himno de Santa Lucía, Noche de Paz y otras más. Se degustan especialidades típicas como galletas de jengibre o bollos de azafrán, y se bebe café o vino típico sueco.
Santa Lucía representa una luz de esperanza y claridad en el largo, frío, nocturno y nevado invierno escandinavo. La mártir ilumina de manera simbólica la noche haciendo más llevadera la oscuridad. Y con esta celebración queda oficialmente inaugurada la temporada navideña.
Feliz Adviento a todos. Hasta la columna que viene.
