Muchos amigos y familiares estuvieron cerca del pregonero en su anuncio de la Navidad
“Describir la personalidad del pregonero de este año es muy difícil porque, entre otras cosas, no quiero quedarme en la superficie”. Así comenzaba Antonio Luis Márquez Tobajas, hermano mayor de Oración en el Huerto, su presentación de Manuel Sánchez Vázquez, encargado de la exaltación de la Navidad 2006. El hermano mayor de Oración explicó que “hablar de Manu Sánchez, el personaje de televisión, no tiene sentido, puesto que bastaría decir su nombre y todos sabrían de quién estoy hablando. Además no ha sido elegido por esos motivos, sino por ser un joven cofrade nazareno, peregrino del Rocío y romero de Valme; un joven de su tiempo, observador, inteligente y deportista”. Con estas palabras Antonio Luis Márquez Tobajas hizo un breve pero certero repaso por la trayectoria vital y cofrade del pregonero.
Manolo, ¿tú qué sabes de Belenes?
Con música de campanilleros y anunciando la venida de la Nochebuena a las casas y las calles nazarenas, Manuel Sánchez Vázquez comenzó por el momento en que le comunicaron que sería el exaltador de la Navidad.
Después, el Belén, como parte esencial de la Navidad, fue uno de los ejes principales de esta exaltación, en la que, por momentos, parecía que a su pregonero se le iba a quebrar la voz de tanta emoción contenida. “Manolo, ¿tu qué sabes de Belenes?”. Esa fue la pregunta que un belenista le hizo a Manuel Sánchez y que él contestó desde su atril, con sencillez y sinceridad. “Para mí el Belén es el de mi casa, humilde, con los pastores que esperan que se les sustituya por otros nuevos, el pescador atento al río de papel de plata, el ángel anunciador haciendo equilibrios sobre el portal, un único y solitario soldado para Herodes… ése es mi Belén”.
Entre todos esos recuerdos, Manuel Sánchez Vázquez destacó dos pilares básicos de su formación como cristiano: su familia y su colegio, La Compasión, de cuyas monjas aprendió “el verdadero sentido de la Navidad, días de humildad y entrega, unos valores que se están perdiendo por desgracia. La intención de ser buen cristiano debe durarnos todo el año, no sólo unos días”.
El valor de la juventud
“La Navidad es infancia y juventud”, prosiguió Manuel Sánchez Vázquez, “los jóvenes debemos dar lecciones de cristianismo, dar la cara, decir bien alto 'soy cristiano, ¿y qué?'”.
Finalmente dedicó su exaltación de la Navidad “a mi San José particular, esa figura callada, que observa y disfruta en un segundo plano del Belén de una madre con sus hijos”.
Ovación, abrazos y felicitaciones cerraron este año la exaltación de la Navidad, que ha estado en manos de un joven comprometido que se conforma con “dar un ratito de felicidad al prójimo”.