“País comunista”: Así es como los EE.UU definía a Suecia en la década de los 50, 60 y 70 debido a que la política sueca tenía, según los americanos, grandes influencias socialistas en la política de redistribución.
Suecia es sin embargo un país internacionalmente reconocido por su democracia, neutralidad e igualdad. Democracia por su larga tradición socio-demócrata y por no haber tenido dictadura. Neutralidad por no haber participado en ninguna de las guerras mundiales del siglo XX y también por no ser miembro de la OTAN. Y finalmente igualdad por ser una nación que ha abogado desde hace mucho tiempo por una homogeneidad en los derechos y deberes del ciudadano, independientemente de su sexo, estatus social o nivel económico.
Este país también tiene una reputación de ser uno de los países más organizados a escala mundial y personalmente creo que la política se ocupa de muchos aspectos. Los impuestos son verdaderamente altísimos, pero con ello se cubren todas las necesidades de la población. Un ejemplo es que el Estado cubre los gastos de guardería.
Los suecos se incorporaron a la Unión Europea en 1995, pero sin embargo votaron en contra de la adopción del Euro como moneda oficial en el referéndum sueco.
Lo que me llama mucho la atención es que los líderes del gobierno no se dan aires de grandeza en general. Por lo visto los sueldos que reciben son de lo más normal, nada ostentoso. Lo negativo de esta actitud es que muchas veces estos políticos no tienen un despliegue de seguridad tan marcado como en otros países. Y esto puede desembocar en tragedias como el asesinato de Olof Palme, Primer Ministro (ver imagen), en 1986 tras salir del cine con su mujer sin guardaespaldas, o el asesinato de Anna Lindh, Ministra de Asuntos Exteriores, en 2003 al hacer la compra en unos grandes almacenes.
El principio de la transparencia es algo que caracteriza fuertemente a la política sueca también. El ciudadano debe de poder acceder de manera fácil y gratuita a documentos públicos del Gobierno, y esto incluye ministerios, ayuntamientos y otros organismos públicos. He leído que este derecho incluso engloba el poder pedir para lectura la correspondencia electrónica de políticos y funcionarios públicos. Me parece increible, pero también un concepto divertido si se aplicase esta regla a gobiernos de otros paises. Yo me pediría leer los emails de George Bush y Condoleezza Rice…
Hasta la columna que viene.
