Tras una edición tempestuosa, la feria echó el cerrojo el pasado domingo
Si por algo se va a caracterizar la última Feria del libro y la artesanía es porque ha sido una edición muy pasada por agua, como no se recuerda en su historia. El temporal de lluvia y viento se ha cebado con esta iniciativa que decidió, a última hora y en vísperas de Reyes, ampliarse hasta el pasado domingo para recuperar pérdidas. Aunque finalmente echó el cerrojó como lo abrió, con lluvias, esta ha sido benévola con la feria en su prórroga, regalándole por Reyes unos días de descanso.