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La familia de Miguel Gil Pachón ha hecho entrega a la Hermandad de la Borriquita, como era deseo de este hermano ya fallecido, de la Cruz Pro Ecclesia et Pontífice que le concediera San Juan Pablo II durante su pontificado. Una condecoración que ya porta Ntra. Sra. de la Estrella como «recuerdo y reconocimiento a todo lo que Miguel realizó por engrandecer la hermandad y la devoción de nuestros amantísimos titulares», explican desde la corporación.

El acto de entrega de la Familia Gil-Díaz ha tenido lugar en la Parroquia de Santa María Magdalena durante los cultos y actos en honor de Nuestra Señora de la Estrella con motivo del Día de la Madre. Según se recoge en el documento entregado con la Cruz Pro Ecclesia et Pontífice, «esta distinción pontificia fue solicitada públicamente por José María Gómez Sánchez, en la presentación que realizó con motivo del Pregón de la Semana Santa de Dos Hermanas, pronunciado por su amigo y hermano Miguel, el día 20 de marzo de 1988, Año Santo Mariano, estando ambos especialmente unidos por razón de su pertenencia a la referida Hermandad y, anteriormente, por su militancia en la Acción Católica».

​Elevada la oportuna súplica por el entonces párroco, Juan Manuel García-Junco Caballero, y por la autoridad eclesiástica diocesana, Su Santidad el Papa Juan Pablo II se la otorgó mediante rescripto dado en el Vaticano el día 8 de septiembre de 1988, fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María. Lo hacía en reconocimiento a los méritos que concurrían en la persona de Miguel Gil Pachón, «por sus constantes desvelos y abnegado servicio como fidelísimo hijo de la Iglesia y eficaz cooperador de sus pastores a lo largo de toda su vida».

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​Tan preciada condecoración le fue impuesta en una Solemne Eucaristía presidida en la parroquia por Fray Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla, el día 1 de mayo de 1989. A los pocos días, la lució en su pecherín la Sagrada Imagen de Ntra. Sra. de la Estrella, con ocasión de su traslado a la Casa-Hermandad de la Borriquita para celebrar los actos del Día de la Madre.

Treinta y cinco años después, los hijos, nietos y familiares de Miguel, como recoge el documento, «con sumo cariño y profunda emoción, realizan la donación, de forma irrevocable y perpetua, de la citada Cruz Pro Ecclesia et Pontifice a la Amantísima Titular de la Hermandad que él contribuyó a reorganizar en el año 1959, ejerciendo el cargo de hermano mayor hasta 1962«.

​Es ruego y deseo de la familia, como se especifica, que, «en la medida de lo posible y siempre que la hermandad así lo considere, la Cruz sea portada por la Virgen en su pecherín«, recordando de este modo las estrofas de la Salve que Miguel Gil Pachón compuso por aquellos años en honor de la bendita imagen «Salve, Estrella Soberana, de los Cielos y la Tierra, en cuyo pecho se encierra un tesoro de bondad».

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