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Más de una década de pasión por el cante flamenco condensada en dos horas y media. Eso fue lo que duró el concierto con el que el cantaor nazareno Mario Radío se presentaba en el teatro de su ciudad el pasado viernes.

Con un patio de butacas entregado con el artista, Mario demostró a los presentes que no es solo un cantaor puro, sino que se atreve con otros géneros musicales, siempre con ese pellizco flamenco de su voz que ya es inconfundible.

El espectáculo estuvo estructurado en tres partes, con una primera y tercera más flamenca, cerrando siempre el círculo de su esencia, y una segunda con temas a piano.

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Con un cuadro flamenco de guitarra, palmeros y caja, Mario Radío rompió el hielo ante el público cantando unas bulerías por soleá. El cantaor nazareno siguió con colombianas, antes de interpretar Los cuatro muleros de Lorca y los Tangos del Titi . Esta primera parte se completó otros dos clásicos, como la copla Mari Cruz o Luz de Luna de Chavela Vargas.

Acompañado al piano por Javier Cecilia en la segunda parte, Mario cantó una farruca,fandangos y sevillanas, además de un popurrí de boleros y coplas.

De nuevo, en su versión más flamenca, cerró el concierto arropado musicalmente por la guitarra de Marcos Serrato, la percusión de Javi Gómez y las palmas de Manuel Bellido y Manuel González. El baile en esta noche tan especial corrió a cargo de Rocío Suárez.

El cantaor nazareno Mario Radío apareció cantando unas sevillanas por el patio de butacas hasta el escenario, donde interpretó un pasodoble de Carnaval, fandangos y bulerías. Cerrando la noche, con la ovación y el cariño del público, tras cantar, como bis, La Salvaora de Manolo Caracol.

Foto: Pocket Studio.

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