Masones en Dos-Hermanas

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La Masonería es una institución de carácter iniciático, filantrópico y simbólico, con cierto halo de misterio. Misterio que ha favorecido la proliferación de diversos mitos y leyendas que han desvirtuado la visión que el público en general posee de esta centenaria institución. En España en particular, la Masonería tuvo su propia leyenda negra, ampliamente difundida durante la dictadura franquista, y fue, además, muy perseguida por ese régimen a raíz de la aprobación, el 1º de marzo de 1940, de la Ley para la represión de la Masonería y el Comunismo. Una ley, por cierto, vigente hasta hace unas décadas.

Por fortuna, en los últimos años, se ha producido (desde un punto de vista historiográfico) un avance considerable en el estudio de la Masonería en nuestro país, que ha ayudado a acercarnos a ella dejando a un lado los muchos prejuicios que la rodean y que son, en buena parte, resultado de la campaña represiva antes aludida. Sin embargo, siguen siendo muy poco estudiados los orígenes y evolución de la Masonería en nuestra localidad.

En este sentido, resulta muy interesante el artículo que en 2012 publicó en Dos Hermanas. Feria y Fiestas (la popular Revista de Feria) Francisco Córdoba Tobarcía, titulado La Masonería desde sus inicios (de recomendada lectura). Como bien afirma este autor en el referido artículo, no se tiene ninguna prueba documental que demuestre la existencia de una logia en Dos-Hermanas en épocas pasadas. En cambio, sí se sabe que residieron en este municipio varios masones, pertenecientes a diversas logias de la capital hispalense. Y se sabe gracias a sus expedientes conservados en el Archivo de la Guerra Civil Española de Salamanca.

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Todos ellos son de los años finales del reinado de Alfonso XIII y del período de la II República. ¿Quiere decir esto que antes de esas épocas no existieron masones en Dos-Hermanas? No necesariamente, sólo que los datos más antiguos sobre la Masonería en nuestra localidad no van más allá de esas fechas. María Felisa Álvarez Rey en su libro sobre la II República en Dos-Hermanas y Francisco Córdoba en su ya citado artículo recogieron una nómina de masones residentes aquí, por lo que me remito a ambos trabajos.

De todos ellos habría que destacar a dos personajes, por haber ejercido un papel fundamental en la Historia política local: Fernando Fournon Raya (1883-1938), primer alcalde de Dos-Hermanas en la II República, y Antonio Muñoz Benítez (1879-1936), alcalde también en ese período republicano. En esta ocasión, fijaremos la atención en la interesante figura de Muñoz Benítez.

1931. Masones en Dos-Hermanas

Antonio Muñoz Benítez, maestro racionalista, alcalde y masón

Nació Muñoz Benítez en la localidad gaditana de Arcos de la Frontera el 21 de abril de 1879, siendo hijo de un humilde jornalero, Manuel Muñoz, y de Rosario Benítez, y bautizado en la iglesia de San Pedro de aquel municipio. Tuvo, al menos que sepamos, dos hermanas mayores que él, llamadas Francisca (1863-¿?) (casada con el también jornalero Celedonio Rodríguez González, de origen asturiano) y Rosario Muñoz Benítez (1876-¿?). De su infancia poca información disponemos, más allá de tener una gran curiosidad y disposición para el estudio.

En Grazalema, estudió en la escuela del destacado maestro racionalista José Sánchez Rosa (1864-1936), donde, según parece, conoció al que más tarde sería denominado Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante Pérez de Vargas (1885-1936), con quien trabó amistad. Quinto del reemplazo de 1899, fue excedente de cupo, según consta en los padrones de vecinos de Sevilla de 1900 y 1901. Sin embargo, el estudioso local José Sánchez Gutiérrez, en una biografía que escribió sobre nuestro protagonista en 1985, afirmó que para eludir el servicio militar marchó a Casablanca en compañía de Pedro Vallina. Lo cierto es que en ese mismo 1899 se estableció en Sevilla, concretamente en el n.º 24 de la calle Mateos Gago, en casa de su hermana Francisca, para un año después pasar al n.º 3 de la calle Confiterías, viviendo nuevamente con la familia de su referida hermana. En aquel entonces aparece inscrito como jornalero. En 1914, abandonó la capital hispalense y fijó su residencia en Dos-Hermanas, donde comenzó a impartir clases en la sede de la Sociedad Obrera de Campesinos, sindicato nazareno creado en la calle del Canónigo en 1909. Pocos años más tarde, en 1919, trasladó su escuela racionalista a la calle El Ejido. Es en esos primeros años de su estancia en Dos-Hermanas cuando, debido a sus ideas, comenzó a ser conocido en el pueblo con el apodo de ‘El Laico’.

Al proclamarse la II República en 1931, empezó a interesarse cada vez más por los asuntos políticos de la villa, tanto es así que es elegido concejal, y, en 1932, alcalde de Dos-Hermanas, desempeñando este cargo hasta 1934. Durante su corto pero polémico mandato, tuvieron lugar varios hechos destacados, entre los que se encuentran la aprobación de un impuesto sobre los toques de campanas, y, sobre todo, el izado de la bandera de Andalucía en el balcón principal del consistorio nazareno (con presencia del mismísimo Blas Infante) en diciembre de 1932. Su papel en el Ayuntamiento de nuestra localidad está plagado de luces y sombras y merece un estudio pormenorizado, por lo que no vamos a adentrarnos más en este tema.

Sí, en cambio, nos vamos a detener en un aspecto que ha pasado casi desapercibido a lo largo de los años: su pertenencia a la Masonería. Es muy difícil fijar la fecha en que ingresó en esta institución. No obstante, se sabe que fue miembro de la Logia Fe y Democracia de Sevilla, con el nombre simbólico ‘Kanel’, ‘Kauel’ o ‘Kaueh’ (de las tres formas aparece en su expediente) y el grado 3. Y en enero de 1927, se tiene constancia de que era «segundo vigilante» de la citada logia. Asimismo, perteneció a la Logia de Perfección Fermín Galán número 6, también de la capital hispalense, teniendo el grado 18 en mayo de 1931. En esa misma fecha fue nombrado ‘Venerable’ de esa logia «al constituirse dicho organismo». El ‘Venerable’ o ‘Venerable Maestro’, dicho sea de paso, es quien, entre otras cosas, preside los trabajos masónicos en una logia. Por otra parte, fue elegido Gran Consejero de la Gran Logia Española en la asamblea celebrada en Madrid en junio de 1930, poco antes de proclamarse la República, siendo poco después reelegido para ese cargo. Todo esto viene a indicar que jugó también un papel destacado en la Masonería sevillana.

Muñoz Benítez fue fusilado en Alcalá de Guadaíra el sábado 1º de agosto de 1936, en las paredes del cementerio de aquella localidad. La muerte no frenó, ni mucho menos, el proceso de represión que se inició contra él. Así, en mayo de 1940 y en abril de 1943, tres vecinos de la villa lo señalaron como masón y, finalmente, en 1944, el Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo (creado en 1940 para la persecución de ambos idearios y suprimido en 1964) le condenó a veinte años y un día de reclusión mayor e inhabilitación absoluta y perpetua.

1931. Masones en Dos-Hermanas

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