La elegancia del sufrimiento

0
- Publicidad -

Película JackieJackie

Hay personas que, por las circunstancias que rodean su vida, por los hechos en los que se ven inmersos, acaban convirtiéndose en mitos para toda una generación, e incluso para toda la sociedad a partir del momento de su muerte. Y con los medios de comunicación, en el siglo XX esto se vio aumentado. 

{xtypo_rounded3}Estados Unidos-Chile-Francia, 2016 (100′)
Dirección: Pablo Larraín.
Producción: Darren Aronofsky, Scott Franklin, Ari Handel, Juan de Dios Larraín, Mickey Liddell.
Guión: Noah Oppenheim.
Fotografía: Stéphane Fontaine.
Música: Mica Levi.
Montaje: Sebastián Sepúlveda.
Intérpretes: Natalie Portman (Jackie Kennedy), Peter Sarsgaard (Bobby Kennedy), Greta Gerwig (Nancy Tuckerman), Billy Cudrup (Periodista), John Hurt (Sacerdote), Richard E. Grant (Bill Walton), Caspar Phillipson (John Fitzgerald Kennedy), Beth Grant (Lady Bird Johnson), John Carroll Lynch (Lyndon B. Johnson), Max Casella (Jack Valenti), Sara Verhagen (Mary Gallagher), Hélène Kuhn (Pam Turnure).{/xtypo_rounded3}

- Publicidad -

Podríamos poner varios ejemplos: Elvis Presley, Marilyn Monroe… Y después están los que se convierten en iconos aún en vida, como le ocurrió a Jacqueline Kennedy a partir de ver cómo reaccionó cuando una bala reventaba la cabeza de su marido justo ante sus ojos.

La película se centra precisamente en este período, en los cuatro días que siguieron al asesinato (nunca aclarado del todo, por cierto) de JFK, el 22 de noviembre de 1963. Pero el guion de Oppenheim mezcla en su desarrollo al menos cinco tiempos: dos anteriores (el famoso concierto que el catalán Pau Casals dio en la Casa Blanca y un reportaje televisivo en el que Jackie mostraba los entresijos de la vivienda presidencial), el atentado y posteriores horas (la imagen de Portman-Kennedy, todavía cubierta de la sangre de su marido es muy poderosa), el funeral y la entrevista que un periodista le realiza días después, y en la que ella demuestra el control que ejercía sobre todas sus respuestas publicadas.

El director chileno Pablo Larraín ha sido quien ha llevado a cabo este proyecto (durante años se especuló con que Spielberg o Aronofsky, que finalmente ha ejercido de productor, pretendían recrear la vida de la ex-primera dama más conocida del país más poderoso del planeta), y ello ha tenido consecuencias tanto positivas como negativas. En el lado bueno está el hecho de que, al no haber mamado desde pequeño con la imagen mítica de Jackie (vista por los americanos como un ser cercano, a pesar del poder que ostentaba), consciente de que debía dar una imagen pública perfecta. Nadie ha sufrido en público con tanta elegancia como ella. Larraín, que pone la cámara a pocos centímetros de la cara de Natalie Portman (portentosa, solo ella puede arrebatarle el Oscar a la favorita Emma Stone, y darle la única estatuilla a esta cinta, de sus tres opciones), y ella sabe mostrar esas dos caras, la privada y la pública.

El chileno le da un empaque y un tono a la cinta que, en manos de un estadounidense, hubiese sido muy distinto, acercándose más al mito que a lo que debió ser la realidad del personaje. A pesar de todo, esta película quizás llegue tarde y esté fuera de su tiempo. Han pasado ya muchos años y han sido diversas las películas que han retratado a Jacqueline Bouvier Kennedy Onassis, como para que ahora, a las nuevas generaciones, pueda interesarles algo.

- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!